Djalminha iluminó la novena estrella del escudo de los veteranos del Deportivo. El futbolista brasileño llegó para levantar el título y dar espectáculo frente al Atlético de Madrid y cumplió con creces. Ofreció un repertorio al gusto de los más exigentes y enseñó en donde se puede encontrar la belleza del fútbol índoor. «Lo de hoy de Djalma vale por toda la temporada del Dépor», comentaba un veterano socio blanquiazul embriagado por la magia del brasileño.
Djalma ofreció lo mejor de sí mismo en un encuentro que los blanquiazules ganaron por 13-10 y que sirvió para que conquistaran su segunda Liga Nacional de fútbol indoor. Es el noveno título de los veteranos (1 Liga, 2 Copas y 3 Supercopas como profesionales del Deportivo y 2 Ligas y 1 Copa de fútbol indoor en los tres últimos años).
Con el mismo número 20 que lucía Donato hace diez años, cuando daba la Liga al Dépor con un gran remate de cabeza, Djalminha dejó ayer para el recuerdo un recital de su ampolio repertorio técnico.
Molinillo, rabona, vaselina, asistencia mirando a la grada, bicicleta, paredes, amagos, caños y goles. Solo le faltó una sorpresa que tenía preparada en caso de penalti. García de Loza no quiso contribuir a la fiesta pitando uno. Diferentes suertes para el que fue un maestro del fútbol y ahora lo es del indoor o showball, como le llaman los brasileños. Todas las puso en práctica ayer con éxito, lo que provocó el delirio de los 4.000 hinchas que se dieron cita en el Palacio de los Deportes de Riazor para una nueva celebración.
Un título conquistado por una plantilla en la que Ballesta no solo dio entrada a los jugadores de la gloriosa historia más reciente (Super Dépor y equipo campeón de Liga), sino que el pasado más duro (representado por Mauri o Carou), la cantera (César y Repi) o el ascenso (Fran, que protagoniza todas las épocas y facetas) tuvieron presencia.
Y así lo reconoció una afición entregada que, una vez más, a sus ídolos.