«En Ourense también hay que proteger a los niños»

OURENSE

Lejos de la miseria del Tercer Mundo, muchos menores ven mermados ciertos derechos en su vida cotidiana

03 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La catástrofe de Haití ha puesto sobre la mesa la importancia de las oenegés y, especialmente, de aquellas entidades dedicadas a la protección de la infancia. La más conocida, sin duda, es Unicef, presidida en Ourense por la jefa de Psiquiatría Infantil del Chou, Consuelo Nogueira.

-¿Han respondido bien los ourensanos a la llamada de Unicef?

-La catástrofe de Haití ha sensibilizado a toda la población en general. Ha habido una gran respuesta. Lo que estamos viendo en los telediarios es tan terrible que hay que ser muy poco sensible para no querer ayudar. Se abrieron tres cuentas en Ourense que aún están abiertas. Por eso aún no hay un balance económico hecho de las donaciones.

-¿De qué cuantía deben ser las donaciones?

-Hace falta dinero para los proyectos, pero cada persona da lo que puede. El dinero hace falta porque son muchos frentes abiertos, pero para que la gente se haga una idea, con 0,04 céntimos se potabiliza un bidón de agua para una familia. Son cifras que a nosotros no nos suponen nada. Un tratamiento de desnutrición específico para los niños cuesta 0,50 céntimos y salvas la vida del niño.

-¿Habéis notado la influencia de la crisis en el número de socios?

-No hemos notado una disminución, de hecho aumentaron. Hace cuatro años que me incorporé a Unicef y pasó de ochocientos y pico a cerca de mil trescientos. Unicef tiene una proyección. El año pasado, la provincia de Ourense fue una de las que mejor logró cumplir los objetivos marcados por la organización.

-¿Qué tal se porta el empresariado local?

-El ciudadano común aporta lo que puede, pero yo tengo que destacar que a todas las puertas a las que he llamado en nombre de Unicef siempre me han respondido. Ha habido siempre muy buena respuesta por parte de las instituciones y los empresarios.

-¿Cuáles son los problemas de los niños ourensanos?

-Evidentemente no pasan hambre, están vacunados y tienen escuela, pero sí hay derechos que a veces no se cumplen. Por eso aquí también hay que proteger a los niños. A veces es complicado. Se ven situaciones dramáticas, por ejemplo en el contexto de una separación conflictiva, en las que al niño se le cosifica, porque se convierte en moneda de cambio. Y luego está la falta de tiempo, el ritmo de la sociedad actual. Hay niños que pasan mucho tiempo solos.

-¿Cómo podemos colaborar con Unicef-Ourense?

-Estamos muy cerca de todos, en pleno centro, en el número 24 de la calle del Paseo. Tenemos muchos proyectos, no solo Haití, sino también la lucha contra el sida, contra la trata de menores, la potabilización del agua... Y también necesitamos voluntarios.