Hace ocho años que Antonio de Oliveira (Venezuela, 1966) se instaló en Ourense, procedente de su país natal, para abrir la inmobiliaria Cdoca. Hace dos años, después de mantener dos oficinas, una en el centro y otra en el barrio de O Vinteún, en la calle Bellao, decidió decantarse al cien por cien por esta segunda opción, desde la que capea como puede el temporal de la crisis inmobiliaria.
-¿Cómo está el panorama?
-El mercado de alquileres es lo único que se mueve, porque la gente necesita donde vivir. Siempre hay quien mira y quien se interesa por comprar, pero al final, no hay financiación. Si los bancos aflojaran un poquito... pero ahora mismo quien quiera comprar debe tener por lo menos el veinte por ciento del dinero, si no es imposible.
-¿Se nota mucho el bajón de las ventas?
-Pasé de vender siete u ocho pisos al mes a vender uno o ninguno. Van dando para vivir, pero no es lo de antes. La gente mira casas, pero al final se quedan casi siempre con los pisos, porque las casas tienen sus inconvenientes. La verdad es que ahora es posiblemente el mejor momento de la historia para comprar.
-¿Cómo ve el futuro de este mercado a medio plazo?
-Con el futuro hay que ser un poco serio, porque al final nadie sabe qué va a pasar. De todas formas, esto son ciclos que pasan, que ya pasaron en otros momentos, y que sirven para estabilizar el mercado.