Las aguas tiene una composición semejante a los restantes manantiales de Verín, litínica, fluorada, bicarbonatada y ligeramente sulfurada, su consumo está destinado al aparato gastro-hepático y a los trastornos urinarios. "Además, también es adecuada para la garganta, oído y vista", nos asegura Julio Velasco Conde, recordando que "si a finales de octubre vienes durante 10 o 12 días a beber a la Fonte do Sapo, no te resfrías durante todo el invierno". Sin embargo, esta agua posee una peculiaridad que la diferencia de las restantes: está indicada para los problemas de piel. Por este motivo, es frecuente ver a agüistas recogiéndola para aplicarla sobre la misma, eso sí, por motivos de salubridad no pueden lavarse en el propio manantial. «Muchos acuden por recomendación médica, otros por amigos o familiares, durante 10 o 15 días, que es lo suele durar el tratamiento», afirma Manolo Sánchez, y «el que viene siempre vuelve, ya que sus propiedades curativas están demostradas.
Y aunque los meses de primavera y verano son los de máxima afluencia, debido al buen tiempo, los verinenses y agüistas reconocen que es un lugar ideal para descansar y relajarse durante todo el año, y «un manantial que todo turista que se acerque hasta Verín debería visitar», asegura Julia Rodríguez Jiménez. Así que ya saben, si buscan relajarse del estrés y mejorar de paso su salud acérquense hasta la Fonte do Sapo.