El buen criterio de Allariz o Ribadavia evidencia las carencias de Xinzo y Verín

La Voz

OURENSE

16 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ourense es una provincia en donde sus villas siempre han tenido un gran peso social. De las comarcas de occidente a las limítrofes con el Estado, la administraciones han sabido crear sus propios calendarios estivales conscientes del olvido histórico al que está condenada la provincia que las acoge. Un ejemplo de buena gestión es Ribadavia, en donde con la llegada de la primavera, la villa acoge el festival de música Arteficial, que dio paso a la Feria del Ribeiro, la Mostra de Teatro y, a la vuelta de la esquina, la Festa da Istoria; eventos todos ellos que nada tienen que ver con sus festejos patronales y con los que se crea un red de entretenimiento social que complementa a su perfecto entorno natural.

Allariz es otro de los criterios a seguir. Al margen de la celebración de San Benito, la Ziralla cuenta con la festa de la empanada y el dulce o la exaltación del pan. Encuentros que en septiembre tienen un cierre de la temporada alta de lujo, con el festival de música Reperkusión, una cita ya obligatoria en el calendario rítmico de Galicia.

El de Xinzo de Limia es probablemente el caso más sangrante de la provincia. Después de superar los 10.000 habitantes, la capital limiana no cuenta con ningún evento -tras dejar escapar su administración el FAX-, siendo la Festa do Esquecemento -un evento politizado desde su creación-, que se celebra el próximo fin de semana, el único icono de diversión veraniega. Verín es otra de las grandes villas de la provincia que carece de una oferta que satisfaga a su población. Al contrario que otras como A Rúa, O Barco, Trives, O Carballiño o Celanova.