Ecologistas denuncian la desaparición de más animales de la perrera de O Carballiño

C. Paradela

OURENSE

17 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En las instalaciones de la perrera municipal de O Carballiño, ubicada en A Medela, siguen desapareciendo animales. Es la dura acusación que realiza Julio Fernández, responsable del colectivo «Matar por matar, non», que ayer aprovechando el día de feria en la villa repartió, ante el Concello, fotos de varios animales que asegura fueron asesinados, para reclamar «xustiza e unha explicación xa».

Una iniciativa que, anuncia, repetirá a diario durante una hora o hora y media hasta que el regidor, Carlos Montes, convoque la comisión de investigación aprobada por unanimidad en el pleno para esclarecer las causas de la alta mortandad de animales registrada en la perrera desde que el Concello asumió su gestión el 1 de enero y su enterramiento en una fosa, sobre la que concejala de Medio Ambiente negó su utilización aunque sí la reconoció ante el Seprona.

Julio Fernández asegura que desde principios de año «desapareceron 160 cans», casi ochenta más que los reconocidos por el Seprona a principios de marzo y que la mayor parte de ellos «están enterrados nun burato ao lado da instalación. Crías e femias desapareceron todas».

Una situación sobre la que el responsable de «Matar por matar, non» cree que «non había necesidade, porque tiñan a comida de sempre, os traballadores de sempre e o veterinario pagada», achacando la elevada mortandad a la «incompetencia, a nugalla de atendelos e mala entraña de lle dar na cara a outros a conta dos cans». Desde la asociación se recuerda que los responsables municipales de medio ambiente «mentiron e negaron os feitos hasta que o Seprona confirmou a desfeita» y lamenta que «agora desprezan á maioría dos representantes do pobo e non queren iniciar a comisión de investigación».

Hechos, que dice Fernández, «en calquera país civilizado o pobo xa tería expulsado a quen mentiu e matou os cans, pero aquí seguen pavoneándose coa xente decente» y reitera que tras gastar allí 300.000 euros los perros sólo tuvieron hambre, frío y una muerte cruel.