El fiscal acusa de ultraje a la bandera española a dos jóvenes por quemar la enseña en Porqueira

La Voz

OURENSE

09 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hacer uso, mal uso, de las señales que forman parte de la identidad de una nación puede acarrear graves consecuencias a quienes cometen esta acción. De hecho, son muchos los casos que se han conocido en los últimos tiempos de personas, políticos incluidos, que se sientan en los banquillos de los tribunales por haber realizado burlas o actos poco ortodoxos con las enseñas nacionales, e incluso por no hacer uso de esos símbolos.

En todo caso, hasta el momento no se habían conocido en Ourense situaciones como la que sentará en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número dos de la capital a dos vecinos de la localidad de Porqueira a los que el fiscal imputados un delito de ultraje a la bandera española.

Es probable, por la forma en la que ocurrieron los hechos, que los dos acusados planeasen la acción por la que van a ser juzgados como una gamberrada, ya que no ha trascendido que pertenezcan a alguna agrupación política o sean afines a algún movimiento independentista pero lo que sí parece probable es que su acción termine por pasarles factura

Atestado policial

Será el 18 de noviembre cuando Ismael R. R. y Alberto O. M. comparezcan ante la magistrada del Penal 2 de Ourense para prestar declaración en relación con unos hechos denunciados por agentes de la Guardia Civil el 13 de junio del 2007.

Según se recoge en el escrito de acusación realizado por el representante del Ministerio Fiscal, ambos acusados se habrían puesto de acuerdo para hacerse con la bandera española que estaba colgada en la casa consistorial de la localidad de Porqueira.

Era un día de misa

Tras conseguir retirarla de su ubicación habitual, los acusados habrían plantado fuego a la enseña, trasladándola a la puerta de la iglesia y dejándola colgada en la entrada, «para que todos los vecinos pudiesen observar la bandera quemada», aprecia el fiscal.

Esos hechos habrían ocurrido un domingo por la mañana, y habría sido el párroco de la localidad quien encontró la bandera quemada cuando acudió al templo para celebrar la misa dominical. De inmediato, el sacerdote retiró la rojigualda para que los vecinos no vieran lo ocurrido.

Eso sí, la Guardia Civil sí tuvo conocimiento del incidente y de inmediato levantó atestado sobre lo ocurrido, derivándose, a través de testimonios de diversos testigos, la responsabilidad de los hechos hacia los dos jóvenes ahora imputados.

Una multa

Aunque será en fase de juicio cuando el fiscal decida si eleva o no a definitivas las conclusiones provisionales descritas en su escrito de acusación, por el momento solicita a la sala que juzgará el caso que imponga a los acusados una condena de nueve meses de multa, a razón del pago diario de seis euros, lo que supone una cuantía total de de 1.620 euros. Ambos acusados, eso sí, niegan los hechos que les imputa el fiscal.