Miembros de la asociación Daichi de Japón explicaron en el Liceo los perjuicios de la química en el campo
09 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.«Lo que queremos es llamar la atención sobre lo que ocurre en otros países. Algunos se preguntarán '¿qué hacen los agricultores en la ciudad?' Pues para decir que sí existimos». De esta manera iniciaba el coordinador de Labregos Daiquí, Manuel García, la presentación en el Liceo de la charla Agricultura ecolóxica e soberanía alimentaria que atrajo hasta el Liceo de la capital a algunos miembros de la asociación para la conservación de la tierra, Daichi, de Japón. García recordó que la competencia «feroz» del comercio global ha impulsado el abandono del rural. Así, buscar consumidores responsables y dignificar y valorar el trabajo de los agricultores es su principal objetivo.
Fujita Kazuyoski, presidente de la asociación Daiquí, lleva más de 40 años trabajando en este campo y ayer comentó que Daichi cuenta con más de 2.500 agricultores asociados -además de empresas y otras asociaciones- que sirven a 3.000 familias. Kazuyosi subrayó además que en Japón los médicos han llamado la atención sobre el consumo de productos de la huerta tratados con química para las generaciones venideras tendrán cada vez más enfermedades. De su visita a las tierras de Rairiz de Veiga, habló el profesor Komatchu, director de la Universidad Libre de Daichi.
«Por favor, mantengan sus bosques», dijo para afirmar que las huertas rodeadas de bosques son huertas vivas. «Los bosques de Galicia suponen tierras sanas y vivas, sin ellos las huertas estarían muertas», significó. Alabaron además el paisaje limiano, del que dijeron no existir algo igual en el mundo.
«Si nosotros tuviéramos está tierra, tal y como está distribuidas, con zonas de montes y con la presencia de caballos -en relación a Rairiz de Veiga-, solo esa imagen haría que vendiésemos mucho más», afirmó.