Con el paso del tiempo, alcanzada la década actual, en julio del 2002, la laguna siguió siendo foco de atención, esta vez con un proyecto que pretendía recuperar el humedal antelano con el apoyo de la Unesco.
Se hablaba de recuperar 600 hectáreas. Una primera fase pretendía recuperar las zonas ubicadas en Rairiz de Veiga, Vilar de Santos y Sandiás. El 6 de octubre de 2002 la historia y la cultura de la Lagoa de Antela pasaban a contar con una sala específica en el Museo Etnográfico da Limia, en Vilar de Santos. Una sala para el mar de A Limia, un espacio para incorporar el paisaje de la comarca que de alguna manera cierra el círculo para entender mejor A Limia.
Sandiás apostó por habilitar la Casa da Lagoa, que busca ofrecer interpretación de ese humedal con montajes audiovisuales, experiencias interactivas, paneles informativos y otros medios los cambios que registró la comarca con la desecación de la laguna. Se hace especial hincapié en la recuperación de aves y de la flora de la laguna.
La desecación acabó con vestigios patrimoniales, siendo un ejemplo el viejo puente histórico de Ponte Liñares. Eran otros tiempos en los que, a la vista de lo sucedido, poco importaba ni interesaba conservar el patrimonio natural ni el construido de estas tierras.