Las obras, prácticamente finalizadas, están pendientes de pequeños arreglos en los exteriores y de que sean recepcionadas por el gobierno local que, según avanzó la edila nacionalista, espera inaugurarlas la próxima semana. De este modo, los visitantes podrán aprovechar lo que resta de verano para acceder a una instalación que cuenta con una capacidad para atender a doscientos usuarios. La capacidad de la estación termal propiciará que se generen nuevos puestos de trabajo. Según las previsiones del Concello, una veintena de personas trabajarán en el recinto. En concreto, el nuevo centro turístico de las riberas del Miño está en una parcela de cuatro mil metros cuadrados y se asienta sobre una planta baja que alberga el balneario y una superior de madera, donde estarán los servicios básicos.
Piscinas exteriores
La estación termal cuenta con siete piscinas exteriores. Además, en la planta inferior habrá tres vasos de agua caliente, seis chorros de gravedad, cañones de agua, una terma, una sauna, quince metros cuadrados de superficie radiante de relax y ocho duchas para el choque térmico. El recinto tiene inspiración japonesa y sigue la misma línea que el de A Chavasqueira, tanto por su estilo de baño como por los planteamientos que se tuvieron en cuentan a la hora de realizar la construcción: madera, losas de pizarra, cantos de río, vegetación autóctona y piscinas naturales son los condimentos que complementarán un caudal de ocho litros por segundo de aguas que saldrán a unos sesenta grados de temperatura.