Después de salvar la vida, el Deportivo juega para hacer méritos. En una Liga tan apretada como sorprendente, el equipo coruñés se peleaba por eludir el descenso a falta de una decena de jornadas y ahora pugna por una plaza europea a cuatro fechas del final. Su evolución ha sido inversa a la de su rival de esta noche, el Zaragoza. El equipo maño, diseñado con alardes de Champions, sufre en su imparable caída hacia el fondo de la clasificación.
Los coruñeses son séptimos (cuarenta y nueve puntos, Intertoto) a una victoria del Sevilla (peor que los blanquiazules en la diferencia de goles), y van camino de la mejor racha de éxitos consecutivos de su historia. Con cinco, les faltan dos para igualar el récord. En Riazor, ahora mismo, el pesimismo ha dado paso a la ilusión.
Los maños se han ganado a pulso el mérito a la mayor decepción de la temporada. Diseñado para la Champions League, se codea con los que participarán en Segunda División gracias a su ilimitada capacidad de autodestrucción. Sin embargo, dos empates y una victoria (en casa) han inyectado cierto optimismo en la hinchada aragonesa, que antes perseguía a sus jugadores para agredirlos y ahora los despide como héroes destinados a la gesta.
El Deportivo podría sacar partido de la presión y la ansiedad de su rival. Lotina ha insistido en este punto y ha recalcado la importancia de una clasificación europea, para evitar susceptibilidades de terceros ante una posible actitud pasiva del conjunto coruñés. La incidencia de cualquier resultado a estas alturas de temporada es máxima. Si el Betis gana al Almería y el Dépor derrota al Zaragoza, los verdiblancos obtendrán la salvación matemática.
El conjunto blanquiazul se plantará en el césped dispuesto según el sistema que le resucitó, a pesar de las ausencias de Lopo (por lesión) y Lafita (debido a su contrato de cesión). Tres centrales, dos carrileros, dos mediocentros y dos mediapuntas interiores, frente a toda la artillería del Zaragoza. Manolo Villanova (el cuarto entrenador del rival en lo que va de temporada, Javier Irureta incluido) apuesta por todo su caudal ofensivo (ahora comprometido con la causa) y alineará a Milito, Oliveira, Aimar y Sergio García. El delantero argentino y el atacante brasileño suman entre ambos treinta de los cuarenta y cinco goles de su equipo. La defensa es el punto débil.
Contraataque y fútbol
En A Coruña, los últimos ensayos estuvieron teñidos de contragolpe y estrategia. Pero cabe recordar que el Deportivo de Lotina es uno de los escasos ejemplos (si no el único) en la historia de la Liga en los que un equipo desahuciado salió a flote tratando bien la pelota y no colgándose del larguero para achicar balones.
Después de dos temporadas que serán recordadas por el mal juego ejercido por el equipo con Caparrós, las buenas maneras mostradas bajo la tutela del técnico guipuzcoano engancharon de nuevo a una afición que ha terminado haciendo la ola en los dos últimos encuentros de Riazor y que aguarda con fundado optimismo citas como la de hoy.
Al Deportivo le espera después de hoy, el descendido Levante (el miércoles, a las ocho en Riazor), el siempre irregular Atlético de Madrid, que comenzará la jornada en puestos de Liga de Campeones, asediado por el Racing de Santander, y cerrará el curso contra el Villarreal, segundo en la tabla.