Un ridículo Ourense cae goleado ante el necesitado filial merengue

Borja Asenjo

OURENSE

12 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El Ourense salió goleado y seriamente tocado de su visita a Valdebebas. Los hombres de Tomé apenas pusieron en apuros la portería blanca y Adán fue un espectador más que sólo tuvo que celebrar los goles de sus compañeros.

Partido de necesidad. Así se catalogaba el encuentro que disputó el Ourense en el Estadio Alfredo Di Stéfano frente al Real Madrid Castilla por las situación clasificatoria de ambos conjuntos. Para lograr ganar fuera y tras sólo conseguir una victoria como visitante este año, Tomé confió en Azevedo y Álvaro, su dupleta portuguesa en la delantera. Mandía, entrenador local cuestionado por la marcha de su equipo, continuaba sin dar con un equipo estable y volvió a rotar el equipo que perdió en Vecindario. ?Con los puntos muy deseados por ambos entrenadores, los planteamientos sobre el campo eran claramente contrapuestos.

Mientras que Tomé acompañó a la pareja portuguesa con David y Juan por las bandas, el Castilla colocó a seis hombres por detrás de la media. A pesar de esto, sería el Castilla el que asustase y mucho al conjunto gallego. Nieto, en una jugada en velocidad, regateó a la defensa rojilla y disparó sólo ante Taranilla, que magistralmente reaccionó y despejó el balón. La velocidad de la delantera blanca era un auténtico peligro para la defensa orensana, viéndose Rives y Oli comprometidos en cada jugada atacante local. Tanto que a los 15 minutos, Taranilla volvía a despejar un disparo de José Callejón tras irse en velocidad otra vez de Oli.

La reacción un espejismo

Hubo que esperar casi hasta los veinte minutos para que el Ourense apretase y crease las primeras ocasiones claras. Pudo adelantarse en el marcador pero un remate de Azevedo se fue cerca del palo derecho de Adán. Esta reacción gallega fue un espejismo y el Castilla comenzó a acorralar al conjunto orensano en su área, tanto que Juanmi Callejón avisó en el minuto 25 con un disparo al palo derecho de Taranilla, que nada pudo hacer, un minuto después, Juan Callejón disparaba desde fuera del área en un rechace de un corner y batía por bajo al excelente portero visitante.

El Ourense se veía impotente ante el entramado defensivo del Castilla y eso preocupó en exceso a Tomé que mandó calentar al banquillo. Y para colmo, Rives era expulsado por doble amarilla. A Mandía se le veía satisfecho con el trabajo de su equipo mientras que Manuel Tomé se desgañitaba desde la banda reorganizando a un Ourense que ponía mucho mas empeño de lo que conseguía. Aloisio, el capitán gallego, cogió los galones en la zaga y comenzó a notarse más seguridad atrás. Taranilla continuaba parando lo que le llegaba y gracias a sus intervenciones, mantuvo el 1-0 hasta el descanso.

Rídiculo segundo tiempo

Tomé hizo un doble cambio en el descanso pero, a los 40 segundos, Nieto se volvía a ir por velocidad de la zaga visitante y colocaba el 2-0. La defensa gallega hacía agua por todos los lados y eso lo aprovechaba los jugadores blancos para centrar y rematar sin mucha oposición.

El Ourense apenas inquietaba a Adán ya que el ataque gallego estaba prácticamente desaparecido. Alguna jugada personal de Jaime en velocidad o algún que otro pase a Álvaro no llegaban a ser rematados por nadie. ?Sería Taranilla el que aparecería como salvador del conjunto de Tomé. El portero gallego seguía con su carrusel de paradas a bocajarro a los remates de Parejo, Nieto, Juanmi Callejón, hasta innumerables ocasiones desbaratadas por el valiente arquero ourensano.

Pero como suele ocurrir, tanto atacaba el conjunto blanco que lo normal era que volviera a marcar. Y Nieto, con otro disparo lejano, escorado a la izquierda del área de Taranilla, lograba enjaular otra vez el balón.

Con el 3-0, Mandía comenzó a dar descanso a los titulares de su equipo, mientras que Tomé dio entrada a Levi y sentó a un desaparecido Filipe Vaz de Azevedo. Los minutos pasaban y lo mejor que le podía pasar al Ourense era el final del encuentro, ya que la entrada del húngaro Szalai por parte de los blancos volvía a complicar la existencia a los defensas de los orensanos.

Sólo Seoane le imprimía carácter al equipo y ya en la prolongación y con un Ourense vagando por el campo, Vázquez marcaba otra vez y certificaba un 4-0, serio correctivo para un conjunto que ofreció una penosa imagen y entra en zona de descenso.