La crisis de la mancomunidad enfrenta a BNG y CIG en A Limia

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MIGUEL VILLAR

La central dice que sólo hay un convenio colectivo no respetado Todos los alcaldes, incluidos los nacionalistas, creen justificado disolver la entidad comarcal

31 ene 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

La disolución de la Mancomunidad de A Limia crea tensión entre la CIG y los alcaldes del BNG después de haber dicho estos últimos ayer que el acuerdo publicado en los boletines oficiales no es el mismo que el firmado en la mesa de negociación, algo que comparten todos los regidores de la comarca. Los responsables de la CIG aseguran que el acuerdo entre la Mancomunidad de A Limia y los trabajadores de esta entidad es el que se rubricó en la noche del 2 de noviembre del pasado año. Explican que firmaron, por parte política, José Juan Puga, presidente (ahora dimitido) y Adolfo Sueiro, alcalde de Trasmiras. Por los trabajadores firmó Xabier Rodríguez y por la CIG, Manoel Anxo García. Para esta central ese es el acuerdo válido que la Mancomunidad limiana no ha respetado al quedar disuelta. Es el texto remitido a Traballo para ser registrado y publicado en el BOP y DOG. Por esto la intersindical mostró ayer su extrañeza al conocer la opinión de los alcaldes que aseguran que lo firmado en la mesa de negociación no se parece en nada a lo publicado en los dos boletines oficiales. La CIG arremete sobre todo contra el alcalde nacionalista de Rairiz de Veiga, Xaquín Rodríguez, al que le recuerda que el convenio colectivo fue firmado aquel 2 de noviembre. «Sería convinte que este señor lle preguntara ao ex presidete da mancomunidade comisionado polo propio rexedor de Rairiz de Veiga para negociar, se o convenio colectivo foi ou non aprobado polo pleno do organismo», señala Anxo García. También le dicen que si no se enteró de la aprobación de ese acuerdo laboral «a que veu que el mesmo votara contra os acordos. De non estar aprobado, ¿para que votar en contra?». Los responsables de la central intersindical piden a los alcaldes que dejen de provocar y al de Rairiz de Veiga, que nopiense que los trabajadores y los sindicalistas «son parvos», pues advierten que no les va a salir gratuito el jugar con los miembros de la plantilla, «faltar á verdade ou adoutar decisións contra a lei sabéndoo».