Amigos y parientes tenían serias dudas

La Voz

OURENSE

10 ene 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Ana María sostuvo, desde el primer momento, que nunca había desconfiado de la existencia de malos tratos por parte de su compañero hacia su hija fallecida. Ella, de acuerdo con sus explicaciones en el juzgado, era la primera soprendida, pero unos primos de Luis Piñón ya habían anticipado sus dudas a los servicios sociales de O Carballiño, de la misma forma que también una hermana del acusado había transmitido quejas acerca del trato que Luis dispensaba a los menores, con maltrato verbal continuado y excesivo control de la conducta de los tres pequeños, con «castigos tan severos que constituyen maltato», según un informe de la Mancomunidade. Testimonio definitivo Fue, de todos modos, el testimonio de una prima de Piñón y su esposo el que, previsiblemente, resultó definitivo para el ingreso en prisión de Ana María García Salgueiro. Se presentaron voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil el pasado 11 de septiembre y diez días después, antes incluso de que el testimonio fuese ratificado en el Juzgado de O Carballiño, la fiscal solicitó el ingreso en prisión de la madre y la jueza dictó en tal sentido un auto ratificado días pasados por la Audiencia Provincial. Esta pareja explicó que días antes del suceso habían visitado a Ana María y Luis en el domicilio que ocupaban en O Carballiño y como uno de los tres pequeños presentaba un hematoma enorme a un lado de la cara, se interesaron por los motivos de ese golpe y se inició entonces una discusión, al expresar los visitantes dudas sobre malos tratos. Piñón, muy excitado y muy nervioso, amenazaría con tirarse desde la ventana, por lo que fue asistido entonces por los servicios de urgencias del 061. La misma situación se reprodujo días después, cuando se percataron de que la menor tenía una lesión en su zona genital. Intentaron llevarla al médico, pero Luis y Ana María se negaron en redondo. Ella, aquel mismo mes de mayo, días antes de la muerte, tenía una cita en Menores, pero no acudió. Para que no se percataran de las heridas de los niños. La pareja ofreció ayuda a Ana María, expresándole sus temores sobre posibles malos tratos por parte de Luis, pero sólo consiguió que les retiraran el saludo. Dos días antes de la muerte, se interesaron por la posibilidad de denunciar un maltrato a menores de manera anónima, pero el policía local al que preguntaron les indicó que ello no era posible.