?os teóricos de la sociología y la política deberían grabar en sus libros de texto la fecha del 25-M y el resultado electoral de Pontedeva para demostrar el valor de un voto en un sistema democrático. En la cita con las elecciones municipales el resultado en Pontedeva parecía claro: 4 ediles para el PP, 2 para el PSOE y 1 para Independientes de Pontedeva (IP). Mas no lo era tanto y los Independientes reclamaron ante la junta electoral, iniciativa que fue desestimada. Y aunque en un principio se avanzó que se agotarían todos los recursos no se optó por esta vía tras ver desestimado el recurso. Y es que el caso no era para menos. Por un solo voto, un único y huérfano voto, los Indepedientes de Pontedeva no obtuvieron su segundo concejal, lo que dejaría al PP sin mayoría absoluta y favorecería un gobierno alternativo con los cuatro ediles que se repartirían los socialistas y los independientes. En el recuento de votos PP e Independientes empataron en número de votos para repartirse el último concejal, que finalmente fue para el PP al favorecer la Ley D'Hont al partido más votado. Emigrante de vacaciones El valioso voto que se disputaron PP e IP, o mejor dicho, que IP reclamó que no se contabilizase, fue emitido de manera irregular al permitirse votar a una mujer del municipio que está emigrada en Estados Unidos. La ley fija que los electores que forman parte del censo de residentes ausentes deben votar a través de las circunscripciones de los respectivos países donde están radicados. Lo que no pueden hacer es votar personalmente en sus municipios. El fallo, como aclara el secretario del Concello de Pontedeva, estuvo «en que el presidente de la mesa electoral no podía haber dejado votar a esta persona el día de las elecciones, ya que tenía que haber emitido su voto en Estados Unidos dentro del censo de residentes ausentes». La reclamación de IP fue desestimada y el voto fue contabilizado, lo que favoreció -por porcentaje- al PP.