
Se llamaba Maritza, tenía 49 años y 5 hijos. Su esposo la cosió a cuchilladas en el domicilio familiar. Supongo que la mató porque era de él y el muy valiente la ejecutó cuando estaban a solas. Solo el verdugo es el responsable del crimen (¿hay que especificar eso de «presunto responsable»?), pero tuvo una cómplice con mucho poder: esa que denominamos la justicia y en la que se fusionan funcionarios de base, secretarios, fiscales, jueces... y demás. Porque el caso de Maritza siguió casi todos los cauces: una denuncia de la policía al maltratador en septiembre, una vista, una sentencia condenatoria el 27 de mayo pasado y una orden de alejamiento. Pero esa orden, para Maritza llegó demasiado tarde. Estaría en un cajón pendiente de tramitarse. ¿Cuántas más hay archivadas? ¿Desde cuándo están ahí? ¿Por qué? ¿Alguien tiene algún cargo de conciencia? Quizá, los hijos de Maritza deban reclamar al Estado responsabilidades. Daño patrimonial, se denomina. Pagaré ejemplarmente la parte que me corresponda.