Estudiar de mayor

Ignacio Bermúdez de Castro
Ignacio Bermúdez de Castro PASOS SIN HUELLAS

OPINIÓN

PACO RODRÍGUEZ

15 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Acudir a las aulas universitarias como estudiante cuando la jubilación comienza a avistarse es un placer. Fue mi caso y el de numerosos individuos que nos resistimos a asumir que nos hacemos mayores para seguir aprendiendo. Aunque algún joven ponga el grito en el cielo, hoy en día una persona de cincuenta o sesenta años está tan capacitada, o más, para sacarse una carrera universitaria que un muchacho que acaba de terminar bachillerato. Su capacidad de asimilación de lo que estudia, salvo excepciones, es superior que la de los chicos de la edad de sus hijos. Porta a sus espaldas una mochila cargada de experiencias personales y profesionales, lecturas, saber salir de situaciones complicadas que a diario la vida le habrá planteado, por las que el veinteañero no ha pasado. Por muy complicada que les resulte a ambos, el maduro afrontará con más serenidad un difícil problema de física cuántica o la lectura de La crítica de la razón pura. Por supuesto, partiendo los dos de conocimientos previos sobre la materia en cuestión similares. Animo a aquellos que ya se sienten mayores para seguir enriqueciendo su intelecto a que dejen de lado esa cuestionable teoría. Prueba del algodón: acuda a cualquier facultad y entable una cordial charla con los cinco primeros alumnos que de allí salgan sobre el tema del día que aparezca en la portada del periódico que usted elija. En cinco minutos se habrá librado de todos sus complejos.