«Otro éxito del sistema político actual: la extorsión»

OPINIÓN

EAJ / PNV | EUROPAPRESS

17 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

A la sombra

El Gobierno acaba de premiar al PNV con la cesión de un palacete, que hasta ahora era propiedad del Estado español, en la zona más exclusiva de París. Otro éxito del sistema político actual. Hemos de acostumbrarnos al trueque desleal y de paso descompensado entre territorios.

Un ejemplo lo sufrimos en A Coruña, donde cualquier visitante de la Torre de Hércules observará con asombro el antiguo penal de la ciudad (adyacente al monumento) en un estado de abandono total desde hace años. Un edificio que está en esa situación exclusivamente por los desmanes de los sucesivos gobiernos del PSOE en la ciudad, que no han logrado ganarlo para la ciudad. Instituciones Penitenciarias quiere un milloncejo a cambio de devolverlo. El palacete de París vale 15 millones. Lo curioso es que nuestra alcaldesa está en la Ejecutiva Nacional del PSOE, pero los resultados de su trabajo son una entelequia. Tampoco el diputado del Bloque ha logrado nada con su voto que merezca mención, lo que habla mucho del poder de unos y otros nacionalismos en España.

Duele ver en qué se ha convertido el ejercicio de la política en nuestro país, donde es diario el abuso de unos territorios sobre otros, con la complacencia e inutilidad de todo el arco político. Dicen que las cosas de palacio van despacio (no en el caso vasco), pero por aquí hay deudas históricas que continúan entre rejas y a la sombra de cualquier tipo de capacidad. Juan C. Mella. A Coruña.

Alumnos con discapacidad visual

El pasado miércoles, los alumnos que se examinaron de una asignatura de Derecho vivieron un momento humillante cuando se obligó a un compañero con discapacidad visual a subir todas las escaleras del aula para realizar el examen en la última fila. Cuando el alumno le indicó que la mesa era demasiado estrecha para su portátil de braille y el aparato que utiliza para imprimir el examen, hizo caso omiso, a pesar de que sus compañeros le hicieron saber que el alumno tenía razón. Cuando mi hijo salió del examen, lo primero que hizo fue transmitirme lo mal que se sentía por su compañero y que todos los alumnos con los que había hablado estaban igual de abochornados.

Si en una facultad de Derecho, donde se presupone que conocen la legislación que ampara el derecho de las personas con discapacidad, les da semejante trato, no me puedo imaginar lo duro que puede llegar a ser el día a día de estas personas. María Salgado Suárez.