2025: sin miedo a la tecnología

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Marta Pérez | EFE

02 ene 2025 . Actualizado a las 08:49 h.

De la China que protagonizaba una de las huchas del Domund —«para las misiones, para los negritos y para los chinitos»— a ser la segunda potencia mundial en apenas cinco décadas. ¿Cómo lo han conseguido? Los mismos que no lo vieron venir dicen ahora que «el futuro es de China», obviando que el país asiático ya maneja el presente a su antojo, como se puede comprobar, por ejemplo, con la introducción del coche eléctrico en Europa. Desde luego, no lo han hecho demonizando la tecnología, sino todo lo contrario: apostando por la educación STEM —China gradúa a dos millones de ingenieros al año, más que Estados Unidos, Japón y Alemania juntos— y por la innovación. Sí, I+D, también de una compañía textil se decía en sus inicios que «copiaba» y ahora es la que marca tendencia. No nos vendría mal fusilar algunas cosas de Extremo Oriente, donde actualmente andan enfrascados en el desarrollo de equipos de litografía de ultravioleta extremo y profundo para no depender de la neerlandesa ASML, la mayor compañía europea por capitalización bursátil y que controla el mercado mundial de estas máquinas necesarias para fabricar los microprocesadores más avanzados. SMIC (con sede en Shanghai) y Huawei (Shenzhen) ya han conseguido producir chips con tecnología de 5 nanómetros y es cuestión de poco tiempo que bajen esta cifra a 3 nm en obleas de silicio con un cien por cien de éxito.

A este lado del mundo lo que nos preocupa no es el número de ingenieros, sino su género, y pretendemos una especie de involución digital que prohíba el uso de smartphones y tabletas hasta los 16 años. Alberto Ruano, director de Lenovo en España, decía recientemente que es necesario desechar estos clichés: «Ni pantallas en negro, ni mentes en blanco», afirmaba tajante. Claro que hay que controlar el uso que se hace de los dispositivos electrónicos, pero vetarlos hasta adolescencia es un suicidio tecnológico. Con esa mentalidad no me extraña que en esta era de la inteligencia artificial algunos sigan echando moneditas en los peajes de la autopista, mientras que en China el 92 % de la población paga todo con el móvil a través de wallets con QR como Alipay y WeChat Pay.