En este nuevo pique por ver quién se hace con la audiencia de las tardes, cada día hay una sorpresa. Sonsoles Ónega ha ido apostando por ganarse al público con colaboradores inesperados. Un día sienta en su sillón a María José Suárez, al otro a María del Monte, y al siguiente, a Ana Obregón. La periodista de Antena 3 está echando el resto con ases que va soltando a cuentagotas en un intento de que se vea renovado su plató. En el otro extremo, Ana Rosa ha sido más comedida, pero también ha dado golpes fuertes con bastiones como Jorge Javier, que ya le han dado un buen salseo en esta nueva etapa. La competencia la han elevado ambas a cuestión de décimas, en una lucha minuto a minuto por el share. Pero curiosamente ni Ana Rosa ni Sonsoles son las ganadoras de esta batalla. Por encima de ellas y del duelo de las privadas ahí está La promesa, la ficción de Televisión Española que lleva más de cuatrocientos episodios respaldada por la gente que, a las 17.30, se conecta fielmente a los entresijos de los personajes de principios del siglo XX. Un poco antes, muchos de ellos se han enganchado previamente a La moderna, la otra apuesta de la cadena pública que también mira al pasado. Así que en estos tiempos de pullas y empujones, de quítate tú pa ponerme yo, el reposo de los seriales clásicos son como los cuentos de amor y hacen match.