¿De qué se arrepienten Elon Musk, Pável Dúrov y Elon Musk, los capos de las redes sociales?

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

Carlos Barria | REUTERS

30 ago 2024 . Actualizado a las 17:39 h.

Mark Zuckerberg, señor de Facebook, Instagram y WhatsApp, se arrepiente. ¿De que sus criaturas impacten de forma negativa en los usuarios más jóvenes? No. ¿De haber facilitado la difusión de las fake news que contribuyeron a la elección de Trump o al brexit? Solo de boquilla. ¿De hacer negocio con los datos privados de millones de personas? Ni de broma. Es su negocio. ¿Entonces? ¿Por qué se lamenta el multimillonario oligarca? Pues de haber cedido a las «presiones» del Gobierno de Biden para que parara bulos sobre vacunas durante la pandemia del covid-19.

Aquella «censura» salvó vidas, pero el magnate, acostumbrado a no responder ante nadie, salvo los mercados bursátiles, dice ahora que no actuaría igual y que su empresa «contraatacaría». ¿Están los capos de las redes por encima del interés general o la ley? No, pero son demasiado poderosos. Se creen intocables. 

Recordemos el caso de Pável Dúrov, creador de Telegram (formidable herramienta, pero paraíso de antivacunas y otros  conspiranoicos) detenido en Francia por su posible responsabilidad en delitos en su plataforma. Y el de Elon Musk, que destrozó Twitter y lo ha convertido en un pueblo del oeste llamado X. Si pagas, tienes libertad para poner lo que te dé la gana, difamar e insultar. Él, como sheriff, tiene más privilegios: el algoritmo da prioridad a sus mensajes, incluso a los que claramente buscan desestabilizar a las democracias. ¿Arrepentidos? Ja.