La historia los avala
Europa siempre fue un campo de batalla por culpa de los supremacistas de todo tipo, religiosos, étnicos, culturales... Pero lo importante es que muchas de las medidas sociales que hace algún tiempo fueron la panacea de la integración se revelaron completamente inútiles. Y no se corrigieron. Con esto, no nos queda más remedio que aceptar la inmigración y el mestizaje como el gran futuro de este viejo continente. Aunque eso nos lleve a unos primeros pasos desalentadores para los que no estamos acostumbrados a la balcanización. Este fenómeno no está, como es lo normal en este continente, basado en el extremismo que nos lleva rigiendo desde hace siglos; está basado en la necesidad que tenemos de mano de obra. Pero la realidad es muy tozuda y nos indica el camino que nuestros jóvenes tendrán que andar. Y esperemos que superen a esos extremistas que no quieren nada más que la violencia de sus ideas. Aunque es difícil que lo consigan. Andrés Nidáguila Casal. Pontedeume.
Sobre el acuerdo entre el PSOE y ERC
A los españoles, cuando votamos la Constitución, nos endiñaron por la puerta de atrás el cupo vasco y navarro, esto que yo llamo cuponazo, que supone que dos de los territorios más ricos de España recauden todos los impuestos y no reparten con nadie. Es decir, solidaridad cero con el resto de Españoles.
Los partidos de izquierdas («progresistas»), con el PSOE al frente, pretenden ahora hacer lo mismo con Cataluña, que representa el 20 % de la economía nacional. Si se consuma el acuerdo en los términos conocidos, la desigualdad entre españoles dará un salto sin precedentes. Habrá ciudadanos de primera, segunda, tercera y cuarta categoría. Esas compensaciones de las que se habla son puro humo, trilerismo político. Se calcula que, por ejemplo, Galicia dejará de recibir anualmente alrededor de 500 millones de euros (para sanidad educación, dependencia...).
De todos es conocido que a la mayoría de políticos lo único que les interesa es lo personal, el poder a cualquier precio. Con esta decisión se rebasarían todos los límites. Los actuales dirigentes pronto estarán en su casa, ellos no tendrán ningún problema en su vida, en su día a día. El daño estará hecho. Quienes si tendremos problemas seremos nosotros, nuestros hijos y nietos.
Soy un votante de izquierdas. He votado en todas las elecciones. Si lo que se propone se consuma, me quedaré huérfano, no tendré a quién votar. No votaré nunca a ningún partido que firme este acuerdo. Que les voten los vascos, navarros y catalanes. Decisiones como estas, suponen la campaña perfecta para Vox. Que se lo pregunten al señor Macron en Francia, donde la extrema derecha casi gana las últimas elecciones. Cesáreo Lorenzo Rodríguez. Ourense.
El silencio de Zapatero
Clama al cielo el silencio de José Luis Rodríguez Zapatero en relación con Venezuela. La fundación Carter, de acreditada solvencia y fiabilidad, ha ejecutado observación presencial del desarrollo electoral. Se ha pronunciado señalando que el proceso careció de parámetros internacionales de integridad democrática. ¿A qué espera entonces para pronunciarse al respecto? A mí me da que Zapatero ya ha hablado con su silencio, lo que interpreto de tongo bolivariano, el cual nuestro ex presidente trata de omitir. Enrique López de Turíso. Vitoria.
Sobre el feísmo y los carteles de fiestas
Salida A-6 Abegondo Carral. CP0106, de titularidad de la Diputación. Nada más tomarla, señales para cada uno de los concellos (distintas, por supuesto). A partir de ahí empieza el esperpento que se repite por toda Galicia: señales propias de estaciones de servicio, restaurantes y otros negocios (dudoso que todas ellas cuenten con la correspondiente autorización). Y en verano se unen los carteles de múltiples fiestas, algunos de ellos con su propio soporte y todo. Por supuesto, estos carteles no son retirados y acaban deteriorándose a lo largo del otoño.
Si no empezamos teniendo los propios ciudadanos cierta sensibilidad por estos temas, difícilmente lo tendrán los organismos públicos. Se entiende que las comisiones de fiestas quieran difundirlas, pero para eso están los paneles específicos y los locales que las colocan en sus vitrinas. No se preocupen, que seguiremos asistiendo a ellas aunque no cuelguen los carteles de las señales en las carreteras. M. F.