Ella no está
En Navidades no era el momento para tratar el tema porque son fechas señaladas y entrañables en las que lo importante es que la familia esté unida y que todos nos llevemos bien. Y ahí estaba ella, un año más cumpliendo con el compromiso, aunque era evidente que no le apetecía estar ahí. Eso sí, cada año, más deteriorada, más perdida, aunque intentaba disimular. Pero como no tocaba porque eran fechas tan señaladas, pues todos los demás a mirar para otro lado.
En Semana Santa se trataba de desconectar de la vorágine laboral y pasárselo bien. Eso sí todos menos ella que ni era capaz de trabajar y por supuesto era incapaz de divertirse, así que nadie pareció advertir que su aspecto seguía empeorando. Sí fue muy comentada, en cambio, la aparatosa escayola que Puri lucía en su brazo izquierdo. Si las fracturas del alma se curasen con escayola nuestra familiar ya llevaría escayolada varios años, y entonces quizás no nos quedaría más remedio que visibilizar y comentar su enfermedad mental. Pero como no es así, ella seguía disimulando y los demás a seguir mirando para otro lado y a pasárnoslo bien. Y ahora que toca playa y terrazas, para qué preocuparse de la ausente cuando todos nos volvemos a juntar para disfrutar de las vacaciones de verano. Siempre será mejor troncharse de risa con el cuñado de turno que pontifica: «Eso son tonterías modernas que en mis tiempos no pasaban». El caso es que se ha cansado de disimular y que no ha encontrado fuerzas para asistir. Y los demás seguimos mirando para otro lado. Seguimos sin saber estar cuando ella más nos necesita. Y, precisamente se trata de eso, de estar, porque en estos casos el entorno es fundamental. Y porque si ahora no estamos es posible que la que no esté para siempre sea ella. Tone González Fernández. A Coruña.
Ourense y los coches deportivos
¡Qué pena lo de estos organismos con la velocidad! El Concello nos dijo a los de Coruxo, que la calle Canido, no les pertenece; motivo por el cual no pueden peraltar los pasos de cebra, ni poner semáforos. Debe ser que es la calle que usan los de la Diputación para probar sus deportivos; vaya por delante que es la única calle disponible, ya que, en las demás hay que parar por culpa de los pasos elevados. Hace 3 años, uno de estos deportivos nos rompió una farola, que está al lado de un paso de cebra, y, allí está con su muñón. Los atropellos son continuos. El otro día estaban dos policías atendiendo un atropello y salieron tras otro vehículo que casi atropella a un niño. Ahora los vecinos empezaron a dejar cantos rodados cuando suben de la playa en los pasos. Cualquier día tendrán que acompañar al entierro de algún motorista. Adolfo L. Pérez. Ourense.
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