Los votantes también se equivocan

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

NEIL HALL | EFE

06 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay quien rechaza abiertamente que los votantes puedan equivocarse al ejercer su derecho a voto. Lo que decidan está bien decidido, aseguran. Pues digámoslo claro. Los votantes también se equivocan. No son infalibles como nadie en este mundo. Y cometen errores que pagan gravosamente. El último ejemplo lo tenemos en el Reino Unido donde los electores han rectificado una decisión que los situó al borde del precipicio. Y, conscientes del error cometido antaño, respaldaron masivamente a quien ejerció la oposición, en unos comicios que ya fueron convocados por el primer ministro Sunak como último intento para dulcificar la derrota.

La demoledora victoria de los laboristas sobre los conservadores, que sufren el mayor destrozo de su historia, pone de manifiesto que los británicos se han decidido a enmendar el error anterior. Eso sí, catorce años después y sufriendo unos daños que, en algunos casos, les van a resultar irreparables. Como los efectos del aislamiento que apartó al país de Europa y del resto del mundo y lo sumió en una preocupante situación derivada del debilitamiento económico. La economía ha crecido menos que otras europeas desde que entró en vigor el bréxit, término excluido de la campaña electoral. Sin duda porque un sondeo concluyó que solo uno de cada diez británicos es capaz de citar un beneficio concreto del abandono de la UE.

Pero no solo esto, los conservadores gestionaron mal la pandemia. Incrementaron el coste la vida con la lógica reducción en el consumo y destrozaron la sanidad donde siete millones y medio de ciudadanos aguardan por un tratamiento. Los recortes en el presupuesto para asistencia legal ciudadana hicieron que un gran número de personas con pocos recursos no tengan acceso a la justicia. Y se ha deteriorado la City de Londres, golpeando significativamente el sector financiero y el farmacéutico. Al margen de los numerosos escándalos de los líderes conservadores.

El periodista John Elledge resumió la situación en The Guardian. «Los británicos perdimos el derecho a vivir y trabajar en cualquier lugar del continente. Nuestros estudiantes se quedaron sin acceso al programa de intercambio Erasmus. Hay músicos y artistas con carreras arruinadas por los obstáculos para actuar en el resto de Europa».

El error cometido en las urnas acaba de ser rectificado. Lo que no quiere decir que el problema se haya resuelto. Este tipo de errores, cometidos en varias ocasiones, sumerge a los países en una situación de destrozos nada fáciles de solventar.

Los británicos, tan conservadores ellos, han echado al Partido Conservador sin contemplaciones. A patadas. Lo han enviado al rincón de pensar, aunque los nuevos líderes ya han avanzado que la recuperación no será nada fácil. Y es que, aunque todos sabemos que los errores se pagan, los cometemos con frecuencia. También en las urnas. Porque los votantes también nos equivocamos. Tengámoslo presente.