Y sobre campaña una

María Pereira López
María Pereira López MIEMBRO DEL EEQUIPO DE INVESTIGACIONES POLÍTICAS DA UNIVERSIDADE DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

OPINIÓN

Toni Albir | EFE

28 abr 2024 . Actualizado a las 17:46 h.

Si Pedro Sánchez quería quitar el foco de la campaña catalana lo ha conseguido, su movimiento ha supuesto para Puigdemont un riesgo de españolización de una campaña en la que parece que Illa cuenta, esta vez sí, con todas las probabilidades de ganar y, en consecuencia, el giro de Sánchez ha sonado como una bomba en la sede de los socialistas catalanes.

Cualquier resultado de los que han previsto las encuestas pone a ERC en el centro de la contienda estratégica, y no porque ninguna asegure la victoria del partido del actual president, al contrario, más bien porque todas auguran que será ERC quien decida si el clivaje nacionalista que en los últimos tiempos ha vertebrado la competición catalana seguirá siendo efectivo o no.

Esa es la verdadera duda de estas elecciones, qué hará ERC en la administración del resultado electoral; si apoyará a Junts en el caso de que estos fueran segunda fuerza detrás del PSC, o si apoyará a un Gobierno encabezado por Illa. Y recíprocamente, si reeditaría su Gobierno con apoyos de Junts o dejaría que el PSC se estableciese en la Generalitat.

ERC será el elemento decisivo tras las elecciones si es que la mayoría de las encuestas no se equivocan y si la decisión, sea la que fuere de Pedro Sánchez no cambia todas las predicciones electorales elaboradas hasta ahora.

No les oculto que, a estas alturas, hay ya muchos que piensan que el hecho de que Junqueras no pueda ser candidato y Puigdemont sí es un dislate del sistema, pero hay aún muchos más, incluso entre los votantes de ERC, que creen que el adelanto electoral constituye la última oportunidad de Aragonés de encabezar la lista de ERC antes de que la amnistía surta efecto y deje sin efecto la inhabilitación de 13 años de Junqueras.

Por eso no es de extrañar que existan importantes sectores de ERC proclives a apoyar a Illa para dirimir cuestiones internas del propio partido, máxime cuando muchos de esos sectores han formado en algún momento parte de aquellas dos almas del PSC que el tiempo dejó en una, y bastante desanimada.

La otra incógnita se escribe por la parte baja de la tabla, los votos de Ciudadanos buscan alojamiento y el PP parece dispuesto a convertirse en el refugio de muchos de esos votantes, más por su perfil antinacionalista que por su genética liberal.

Cuanto más intensa y más competitiva se haga la campaña más se notarán las debilidades de Puigdemont lanzando mensajes desde el otro lado de las fronteras, la de Cataluña y la de España, que pese a coincidir geográficamente son conceptual e ideológicamente diversas y refieren contenidos también diferentes.

Puigdemont no es Papa Noel, y pronto notará la debilidad de los focos, y de estar sin estar, y de construir campaña sobre campaña cuando los ciudadanos no te miran. Todo apunta a Illa, y sobre campaña una, que no es la del que no está.