Alcoa: sobra quien pueda ocuparse del aluminio primario

Francisco Méndez RESPONSABLE DE ESTRATEGIAS INDUSTRIALES DE CC.OO. DE INDUSTRIA DE GALICIA

OPINIÓN

PEPA LOSADA

25 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días, a los trabajadores de la fábrica de aluminio sita en San Cibrao y a muchos de Galicia se nos erizó el pelo al leer las declaraciones que nos regalaba el actual CEO de Alcoa, la empresa que actualmente gestiona esas instalaciones industriales, esenciales para la economía española y más en el contexto de transición energética que vivimos. Advertía de la toma de «decisiones difíciles». El lunes mismo, en una comunicación a los trabajadores, advertía de la decisión de incumplir el acuerdo al que se había llegado con ellos.

Hagamos algo de memoria: en octubre del 2021, el Tribunal Supremo declara nulo el ERE que Alcoa había presentado sobre la fábrica de producción de aluminio primario de San Cibrao; esta declaración salió de la constatación de que los responsables de la multinacional actuaban con manifiesta mala fe. Este fue el diagnóstico, la medicina aplicada por la justicia española fue la obligación de mantener en producción las cubas de electrólisis dado el daño que estas podrían sufrir por una parada.

En el proceso de ERE aparecieron dos grandes grupos industriales dispuestos a adquirir la fábrica de San Cibrao, modernizarla y seguir produciendo con ella. Alcoa se apresuró a negarse a ceder la instalación y a hacer lo que fuese necesario para acordar con la representación legal la parada controlada de las cubas, junto a un ambicioso plan de modernización.

Han comenzado por incumplir el acuerdo de cambio del horno, la mayor de las inversiones acordadas; ahora ya hablan de despidos y de cerrar la fábrica, hablan de unos resultados económicos negativos, en los que incluyen los debidos a su mala fe anteriormente demostrada.

La tomadura de pelo a trabajadores, administraciones a varios niveles y a la justicia española ya es intolerable; parece que es el momento de cobrar todas las deudas y enviar a esta gente a sus guaridas. Este país necesita inversores serios, que cumplan sus acuerdos y pretendan ganar dinero con honestidad, y los hay que están dispuestos a mantener la actividad de San Cibrao, incluso a ampliarla y mejorarla.

Porque, efectivamente, hay caminos para modernizar la actividad. En otros países, la misma Alcoa ha modernizado la producción, otros competidores en el sector del aluminio han emprendido mejoras tecnológicas (no excesivamente caras) que consiguen reducir significativamente el consumo energético de la producción de aluminio; incluso hay proyectos muy interesantes que podrían crear líneas de negocio añadidas a la del aluminio para refino de otros minerales.

Alcoa, por su mala fe ya manifestada en demasiadas ocasiones, está inhabilitada para nada más que liberar el dinero que nos debe como país y desaparecer. Otros habrá honestos y capacitados —incluso el Estado, con el adecuado asesoramiento científico y técnico— para sentar las bases de una nueva vida para esta fábrica que vertebra toda la comarca de A Mariña.

España no puede permitirse prescindir de esta industria; trabajadores, administraciones estatal, autonómica y de justicia debemos actuar alineados para frenar esta nueva agresión, y entre todos poner esta fábrica en el camino de convertirse en una industria de futuro.