Cincuenta años de la Sociedad Galega de Historia Natural en O Courel

Javier Guitián CATEDRÁTICO DE BOTÁNICA DE LA UNIVERSIDAD DE SANTIAGO

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

08 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unas semanas asistí en O Courel al acto de celebración de los 50 anos do Grupo Ornitolóxico Galego-Sociedade Galega de Historia Natural no Courel. Aunque soy un poco más joven que los que participaron en la campaña de 1973, me unen a algunos de ellos lazos familiares y amistades que han permanecido a lo largo de todos estos años. La sesión matinal consistió en una serie de intervenciones sobre la historia de la sociedad y ya por la tarde se descubrió una placa en recuerdo y agradecimiento de Manuel Rodríguez Pombo, primer alcalde de la democracia en O Courel, en cuya casa siempre fueron acogidos con cariño. En mi caso concreto, residí en esa casa durante mi tesis doctoral.

En un momento de las intervenciones, uno de los ponentes se preguntó si realmente la Sociedade había servido a los objetivos para los que se creó, la protección del patrimonio natural de Galicia y la difusión de este, y hubo un cierto consenso en que, reconociendo que siempre se puede hacer más, el esfuerzo de trabajo había tenido sus frutos. Les daré mi opinión.

Aunque en el inicio la aparición de estos grupos fue acogida con reservas, el déficit ambiental de la Administración autonómica hizo que cada vez su influencia fuera mayor. Cualquiera puede ver hoy, por ejemplo, que el mapa de espacios gallegos «a proteger» que se manejaba a finales de los setenta es, básicamente, el dibujo de la actual Red Natura.

De igual manera, las campañas de protección de especies de fauna fueron antes demandas de los grupos ambientalistas incipientes que propuestas de la Administración, aunque todavía hoy algunas de aquellas sugerencias duerman en los cajones de San Caetano. Resumiendo, visto de forma global, la SGHN ha cumplido un importante papel en la consolidación de la cultura ambiental en Galicia.

Sin embargo, pasados los años, personas que han ejercido su compromiso con la defensa del medio ambiente durante las últimas cinco décadas tienen que leer en los medios que «tratan de paralizar el progreso de Galicia» o que «son izquierdistas disfrazados» cuando critican la instalación de una industria o una decisión de la administración ambiental.

No entiendo por qué los izquierdistas tienen que disfrazarse, pero menos que personas comprometidas con la conservación del patrimonio natural tengan que oír a los nuevos ecopijos explicar ahora la importancia de «las energías verdes», mientras van en sus supercoches a las súper turberas.

Por eso es bueno recordar que una parte del territorio gallego no sería igual sin el esfuerzo de quienes desde hace cincuenta años han invertido su tiempo y esfuerzo en defender los valores ambientales, y que nuestra conciencia en ese campo se debe a su trabajo. Sus campañas de información, sus guías, sus censos, sus charlas y sus protestas han hecho que hoy tengamos un país un poco mejor.

Enhorabuena a la SGHN por ese medio siglo.