Elon Musk y Martiño Rivas

César Rodríguez Pérez
César Rodríguez JUEGO DE TRONOS

OPINIÓN

La visita de Martiño Rivas a «El Hormiguero» con la mítica camiseta de Feiraco.
La visita de Martiño Rivas a «El Hormiguero» con la mítica camiseta de Feiraco.

01 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Estampida de anunciantes de nivel en Twitter. Las grandes marcas huyen como la peste de la red rebautizada por Elon Musk como X. ¿La razón? En última instancia, un mensaje antisemita del excéntrico multimillonario, al que le gustan más las polémicas que a Javier Milei las motosierras.

El también dueño de Tesla y SpaceX concede una entrevista con vídeo y público. Parece que va a pedir perdón, pero de repente lo revienta todo y dice a compañías como Disney que «les den». Entre la audiencia está Linda Yaccarino, fichada como primera ejecutiva de X para recuperar la confianza en la red. El gran obstáculo para esta labor es su jefe.

Cambiemos de plano. Un usuario cualquiera de Twitter en España se encuentra con demasiada frecuencia el mismo post patrocinado. En él aparece el actor Martiño Rivas con una mítica camiseta del Dépor. Y un mensaje invitando a comprar productos financieros para ganar «128.000 euros al mes» bajo la apariencia de una noticia de un medio real. Es un cuádruple fraude: él no ha prestado su imagen, la web es falsa, la plataforma de inversión cheira muy mal y el mensaje lo ha puesto un bot. 

El anuncio es denunciado por miles de usuarios y desacreditado por verificadores (de los de verdad, no de los de Puigdemont), pero sigue ahí. Con la imagen del intérprete gallego o la de otros famosos como Antonio Resines o Lola Índigo. La situación es preocupante. Hasta la CNMV ha abierto una investigación a X por su responsabilidad en posibles estafas. Pero sin resultado. Musk, que se cree don Quijote, por ahora no se ha atrevido a mandar a los timadores «a tomar por saco». Solo tiene a esos anunciantes y a los que han resucitado los viejos cacharros locos de la teletienda. Y lo fía todo a un futuro basado en suscripciones. ¿Quién querrá pagar por usar una red social tan devaluada?