El impacto social de la transición energética

Ricardo García Mira CATEDRÁTICO DE PSICOLOGÍA SOCIAL DE LA UDC. COORDINADOR DEL CONSORCIO EUROPEO ENTRANCES PARA EL ESTUDIO DEL IMPACTO SOCIAL DE LA TRANSICIÓN HACIA ENERGÍAS LIMPIAS

OPINIÓN

Beatriz Couce

11 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La transición energética ha sido definida como un proceso de gestión eficiente de los recursos energéticos basado en la sustitución de energías no renovables y contaminantes por energías limpias y renovables más respetuosas con el medio ambiente. Esta transición ha ido más allá de ser una recomendación. Es ya una norma en la agenda política. El objetivo, reducir las emisiones contaminantes que alteran el clima y poner en marcha políticas de descarbonización que reduzcan el impacto social y ambiental. La Comisión Europea ha puesto en marcha un ambicioso programa de investigación e innovación para explorar los aspectos sociales y proveerse así de conocimiento suficiente que dé soporte a sus decisiones. Hasta cuatro consorcios han sido promovidos en el período 2020-2023 para explorar este impacto social del cierre de minas de carbón en Europa y de transformación de las regiones de altas emisiones. En el caso gallego, esto afecta al cierre anunciado de As Pontes, que, junto con Meirama ya clausurada, hacían de la provincia de A Coruña la más contaminada de España y de las más contaminadas de Europa.

La investigación llevada a cabo desde nuestro laboratorio en la Universidade da Coruña, que coordinó uno de estos consorcios, con 14 universidades de 12 países europeos, fue presentada la semana pasada en Bruselas. La evidencia mostró que el éxito de las políticas de transición depende de la capacidad transformadora de las regiones europeas en transición, y la manera de alcanzarlo es favoreciendo diversidad industrial, trabajos alternativos y facilidades formativas suficientes. Será un proceso largo, que requerirá también cambios en la gobernanza, con comunidades y ciudadanos empoderados y bien informados, frente a un poder más descentralizado que priorice la perspectiva local. Recientemente, el vicepresidente Zimmermans hacía referencia a que hay una Europa más allá del crecimiento, para referirse a la necesidad de reducir el consumo energético. Sin embargo, esa evolución no puede ignorar el nivel local.

El cierre de As Pontes parece encontrar incertidumbres y tensiones que pueden poner en riesgo la transformación del territorio, y requiere un amplio consenso y compromiso entre políticos y representantes de instituciones y organizaciones locales. Un compromiso con la descarbonización que fue posible durante el mismo proceso de investigación en As Pontes y en doce regiones europeas más, donde se evidenció que hay un proceso de desterritorialización, o ruptura de vínculos entre la comunidad y el territorio, con importantes factores socioculturales, sociopolíticos y sociopsicológicos que contribuyen a comprender mejor el papel de la participación social. Tensiones territoriales, capacidad para afrontar la emigración, cambios en la estructura económica, justicia social, o la batalla de las narrativas que confluyen en distintos significados y atribuciones, constituyen elementos valorables de la capacidad de una región para definir una trayectoria de descarbonización eficiente.