Mi abuelo es mejor lector de La Voz de Galicia que tú. No te lo tomes a mal, pero es poco probable que tengas cien años como él y leas el periódico cada mañana para después comentar las noticias en un cuadernito. Mi abuelo es también mejor que yo, en general, que ni escribo esos reportajes diarios que comparte con la familia, ni madrugo para hacer 260 movimientos exactos de gimnasia, ni cocino cada día. Hay días que paso de afeitarme, pero su bigote siempre luce impecable, como su humor.
Quienes conocen por primera vez a Manuel Cabado no se creen que tenga cien años. En una ocasión el médico sugirió que deberían estudiar en la facultad el secreto de su energía y vitalidad. Su cabello es más abundante que el mío y la ropa que de mí hereda luce mejor en él. Quién pudiese heredar su genética, saber estar, sentido de la justicia y esa memoria con la que reproduce diálogos de sus aventuras como ferroviario, citando fechas exactas.
Cada vez que le llamo me dice que me quiere, insiste en la suerte que tiene de que sea su nieto y me envía besos para Rocío y mi hija, a la que llama «la preciosa niñita Aldara». Ella lo ha rebautizado como «bisa Manolo» y, al igual que sus primos Uxío y Martiño, disfruta de su cariño incondicional. Porque mi abuelo no me regañó jamás, ni en aquellos veranos eternos en Callobre, donde él y mi abuela Fina respondían a mi insolencia infantil con barra libre de amor y bocadillos.
Manuel no se entiende sin Fina. Juntos subieron andando las tres plantas de escaleras a su hogar hasta ser octogenarios y juntos estaban cuando ella durmió su última siesta. Los mismos cuidados infinitos con los que la atendió le son devueltos por mis padres, mi hermana Xiana, Iñaki y su hermano Paco, «el cativo», además de sus vecinos de la calle Claudio San Martín, que le regalan conversación y alegría de vivir.
Desde que soy periodista, devora todo lo que publico. Pero abuelo, créeme, esta columna es la única que de verdad importa. Muchos de los momentos más felices de nuestra vida son junto a ti. Te quiero y deseo que tu existencia sea tan preciosa como aquel día que me llevaste sobre tu espalda mientras nadabas en la playa de Lazareto. Hoy toca celebrar tus cien años y los que vengan. ¡Mucho te gusta el caldo!
Iago Fernández es periodista de Gen Playz (RTVE) y nieto del centenario Manuel Cabado