Feijoo y Sánchez intercambian los papeles

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

OPINIÓN

Alberto Ortega | EUROPAPRESS

07 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sánchez, desde el mismo instante en el que anunció la convocatoria de elecciones generales, se ha volcado al ataque contra el Partido Popular. El actual presidente del Gobierno se ha decidido por una ofensiva total contra su oposición en un movimiento habitualmente atípico y que lleva implícito el reconocimiento de que el punto de partida es la derrota.

Lo normal en las campañas electorales es que el que se la juega desde el poder adopte una posición conservadora, más institucional. Y lo normal es que, mientras el líder de la oposición reclama debates abiertos y cuantos más, mejor, el presidente de turno se hace el remolón e intenta eludir semejante enfrentamiento, en el que habitualmente son destapados sus puntos débiles con mayor facilidad que los de sus adversarios, dado que estos todavía no han ejercido la labor gubernamental.

Pedro Sánchez, además, no quiere un debate, quiere seis, lo que hace ver que la remontada que necesita en la campaña electoral es épica. El dirigente socialista pretende hacer valer su supuesta superioridad en el cara a cara con Feijoo para ir ganando adeptos que se transformen en votos el próximo 23 de julio.

Parece un hecho, por tanto, que los candidatos de PSOE y PP van a intercambiar los papeles habituales. Así, Feijoo, desde el 28-M, intenta mostrar una imagen presidencial. Va plantear una estrategia hasta cierto punto conservadora en la que la cuestión principal es no arriesgar y no romper nada. Por su parte, Pedro Sánchez se está portando como el candidato de la oposición, que está dispuesto a lo que sea por asaltar la Moncloa. Arriesgó desde el momento en que tomó la decisión adelantar las elecciones. Y quiere seguir arriesgando debatiendo a solas con Feijoo y a múltiples bandas con el resto de partidos. Al igual que hizo en su día cuando fue el candidato más votado en las anteriores elecciones generales, quiere conquistar el voto de los españoles una vez más. No vale con los hechos de sus años de gobierno, tiene que empezar otra vez a levantar de nuevo la pesada piedra de Sísifo por la ladera de la montaña.

Y en esas estamos, con un líder de la oposición que actúa como un presidente del Gobierno y un presidente del Gobierno que se comporta como un aspirante a la presidencia.

Por si fuera poco, la tarea de Sánchez es titánica, porque a su izquierda se está dirimiendo una batalla que puede ser fundamental en el devenir de su deseo de repetir en el sillón gubernamental. La pelea entre Sumar y Podemos, en un escenario de igualdad entre los bloques de derechas y de izquierdas, puede ser decisiva y decantar la balanza hacia a un lado u hacia otro. De momento, cuando se va acabando el plazo para que los de Yolanda Díaz alcancen un acuerdo con los de Pablo Iglesias, las puertas entre ambas formaciones están cerradas. Ambos siguen enviándose pullas y manifiestan una enemistad que hasta la fecha está por encima de algo tan importante para ellos como que los dos se pongan de acuerdo para una candidatura única.