
Lola Índigo: no quiero que me miren con deseo de tocarme
Desde hace unos días, muchas de las marquesinas de mi ciudad se han llenado de imágenes de Lola Índigo muy provocadoras. Como mujer de 31 años, este tipo de publicidad ni me representa como mujer, ni como persona. Me pregunto si es necesaria una campaña así para mostrar que en todos los cuerpos hay belleza, creo que se busca la feminidad fuera de nosotras mismas, sin mirar en profundidad la hermosura que encarna una mujer y la multiplicidad de formas de mostrarlo sin tener que escoger lo sensual, cayendo por desgracia en una sociedad hípersexualizada.
¿Por qué hacer de lo bello algo provocativo? Lo sensual es bello si lo enmarcamos dentro de la dignidad e intimidad de la persona. La intimidad es lo más profundo de nuestro ser, ¿por qué estropearlo con una pose sugerente? Nuestro cuerpo es parte de nuestra carta de presentación de lo que soy, pero se nos olvida cómo transmitimos con nuestro cuerpo, ¿qué buscamos realmente? No quiero que me miren con deseo de tocarme, quiero que se me pueda mirar con el deseo de que vean en mí lo que soy en todo mi ser: una mujer. Loreto Márquez. A Coruña.
La «o» con un canuto
España parece seguir siendo como aquella de Pepe Isbert, o de los Porretas en la radio. Se nos exige al común de los mortales de diplomas, títulos académicos, carné de conducir e idiomas en el acceso a muchas de las profesiones. Pero no inglés a quien puede ser nuestro presidente, para tomar posesión del cargo. El hombre propone y Dios dispone. Estos políticos gobiernan y legislan para todos, menos para ellos. Como si no le hiciese falta el inglés a un presidente del Gobierno. Como si las reuniones internacionales fuesen estar en una mesa con los cascos puestos, o toqueteando el móvil. Cómo ignorar que es en los entreactos, los corrillos y las bambalinas donde se cuece el bacalao, donde se acuerdan precisamente encuentros y reuniones en los que sí es posible disponer de traductor. Donde se forjan amistades o se reparan los malentendidos. La necedad cobra dimensión cuando la ignorancia se reviste de jactancia. Es muy triste el que seamos los ciudadanos la consecuencia final de muchos que no solo nos torean, sino que no saben hacer la «o» con un canuto. Enrique López de Turiso. Vitoria.
Han decidido que no estés con tu madre
Cuando se supone que las mujeres estábamos consiguiendo pequeños progresos en la interminable lucha de la igualdad, en plena época de empoderamiento, de unión, donde no hay cabida al retroceso y lo único que podemos hacer es seguir avanzando, todavía siguen pasando cosas inexplicables, injusticias grandes y consentidas. Hablo como mujer y como madre de un niño al que le he dedicado cada segundo de mi vida desde antes que naciera, he puesto todas mis energías, todo mi tiempo, todas mis fuerzas por conseguir su bienestar. Ahora, una jueza y una fiscala han decidido que, después de tres años haciéndome cargo de mi hijo sola, sin ayuda económica del padre, la custodia absoluta sea para este.
Me acuerdo de cuando te hablaba y te cantaba cuando aún no habías nacido, del dolor de mis pezones sangrando cuando te daba el pecho, de las horas acunándote para que te durmieras, cuando tiraste el chupete, de nuestros paseos arrastrando aquella moto mientras yo corría detrás de ti, de las noches sin dormir por cada uno de los dientes o cuando tuviste la varicela, de cuando empezaron los problemas en el colegio, del diagnóstico de TEA, de todas esas vueltas buscando los mejores profesionales y el mejor colegio, de nuestras charlas nocturnas antes de dormir, de todos tus «te quiero», de todos los besos, de todos nuestros momentos.
Después de toda una vida contigo, cuando incluso los profesionales para hacer un diagnóstico necesitan varios días, una jueza y una fiscala han decidido, tras hablar contigo media hora, que lo mejor para ti no es estar con tu madre. Cristina Fernández Buceta.
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