El mayor fabricante de ordenadores del mundo, Lenovo, anunció ayer sus resultados económicos para este ejercicio, en el cual ha obtenido unos ingresos de 62.000 millones de dólares y un beneficio neto de 1.600 millones. Unas cifras ligeramente inferiores a las del año pasado debido a las condiciones del mercado de dispositivos: durante la pandemia hubo un bum de venta de ordenadores, tabletas y móviles, en respuesta a las necesidades de teletrabajo y videoconferencias, y esto se fue desacelerando a partir del 2021. Tras un año de incertidumbre en el sector y a nivel global, la compañía ha observado señales positivas que indican una estabilización, y espera que todo el mercado de pecés y dispositivos inteligentes recupere el crecimiento interanual en la segunda mitad del 2023. A medio-largo plazo, la transformación digital e inteligente continuará acelerándose, generando un gran potencial de crecimiento para las infraestructuras informáticas y de la nube.
Lenovo informó, sin embargo, de que los ingresos procedentes del negocio no relacionado con pecés alcanzaron un máximo durante el ejercicio fiscal de casi el 40 %, con máximos históricos de 6.700 millones y 9.800 millones de dólares, respectivamente, en los grupos de Soluciones y Servicios y Soluciones de Infraestructura. El primero se centra en la nube, especialmente en los ámbitos de educación, comercio, ciudades inteligentes y fabricación. El segundo abarca el mercado de servidores, dispositivos de almacenamiento e infraestructura perimetral (una arquitectura informática distribuida que coloca las aplicaciones, los datos y los recursos geográficamente más cerca de donde se recopilan y analizan los datos, en vez de centralizarlos en un solo lugar).
Alberto Ruano, director de Lenovo en España, da algunas claves de ese éxito de los servicios asociados al ordenador, como prestar atención rápida, dar soporte premium en todo, incluso en caso de robo, o poner call centers al servicio del cliente. Y aporta dos datos interesantes: solo el 1 por ciento de los equipos con más de tres años se reparan; y no se prevén movimientos laborales en un sector donde las grandes tecnológicas han hecho despidos masivos. Ruano, al contrario, cree que cada vez serán necesarios más trabajadores, porque «al mercado no lo puedes atender con máquinas».