Entre la trusa y el bóxer

Francisco Ríos Álvarez
Francisco Ríos LA MIRADA EN LA LENGUA

OPINIÓN

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20 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Una señora se acercó al mostrador de una mercería coruñesa con un crío de la mano. La dependienta, solícita, le preguntó qué deseaba. «Unas trusas para el niño», respondió la mamá con un acento cuyo origen no supimos precisar. Ante el desconcierto de la vendedora, aclaró: «Unos slips».

De las varias acepciones de trusa, quizá la más antigua sea la de ‘gregüescos con cuchilladas que se sujetaban a mitad del muslo'. Los gregüescos o greguescos eran una prenda exterior que estuvo de moda en los siglos XVI y XVII, unos calzones muy anchos con unas aberturas, las cuchilladas, por las que se veía una tela de otro color. Hoy pueden observarse en pinturas de la época, y hasta es posible comprar uno por internet al precio de 75 euros.

Las trusas viajaron a ultramar y con el tiempo pasó a emplearse ese nombre con los significados de ‘calzoncillos', ‘bragas' y ‘bañador', con los que hoy se usa en varios países americanos.

Más antigua que trusa como nombre de la prenda interior masculina fue tiradillas, diminutivo de tiradas (‘estiradas'). Las menciona el Vocabulario eclesiástico de Rodrigo Fernández de Santaella, de 1499: «bragas. que por mas honesto vocablo se dizen pañetes o tiradillas o paños menores o paños de honor o mudandas o prisiones». Los pañetes, además de ciertos tipos de paños, son la tela que en las imágenes ponen a Jesucristo crucificado y un tipo de calzoncillos —informa el DLE— que usan pescadores y curtidores que trabajan desnudos, así como los religiosos descalzos que no llevaban camisa. Garcilaso de la Vega explicaba en 1605 que los pañetes de los incas «eran hechos a manera de un paño de cabeza, de tres puntas; las dos de ellas iban a la larga, cosidas a un cordón, grueso como el dedo, que ceñían al cuerpo [...], y quedaba el paño delante de las vergüenzas. La otra punta del paño ataban atrás al mismo cordón, pasándola por entre los muslos, de manera que, aunque se quitasen los vestidos, quedaban bastante y honestamente cubiertos».

En el siglo XVII ya se empleaba la voz calzoncillo(s), aunque la prenda distaba de las que hoy conocemos por tal nombre. Con el tiempo llegaron los sustantivos interiores, de uso en Ecuador y Venezuela, el slip importado de Francia, y los coloquiales matapasiones, de algunos países americanos, y gayumbos, de España. El catálogo se cierra con la más reciente incorporación, bóxer, tomado del inglés americano boxer, que da nombre a la pantaloneta de boxeador.