«Sálvame» hace historia

OPINIÓN

BENITO ORDOÑEZ

13 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que se anunció el final de Sálvame el programa está en boca de todos. Y ha conseguido, incluso, que las dos Españas ideológicas aparezcan en una guerra que sitúa al espacio de Jorge Javier en el ala izquierda, y a Ana Rosa, que lo sustituirá próximamente, a la derecha. Así que se ha visto el fin del espacio como una cuestión política, que ha hecho que hasta Rufián haya salido en defensa de Sálvame «por canalizar en máxima audiencia el antifascismo». En ese ambiente, otro de los motivos que se analizan como causa del fin del espacio ha sido el tratamiento que le han dado al tema de Rocío Carrasco, que estableció un antes y un después con la audiencia, que vio coartada su libertad de opinión. Sálvame no hizo autocrítica, y cerró filas alrededor de la hija de la Jurado y provocó otro cisma irreconciliable con el público. Sin embargo, en esa traca final, en una vuelta a sus orígenes, Sálvame lleva cuatro días haciendo historia abriendo el espacio con el humor, la irreverencia, la libertad y la mala baba que lo caracteriza. El jueves, por ejemplo, todos los colaboradores imitaron el estilo de Ana Rosa, y se proclamaron Sálvame algodón de azúcar, lanzando un dardo a su competidora. Con un fondo rosa, los tertulianos se disfrazaron de ese corazón blanco que «los críticos de la televisión quieren», sin gritos y sin faltas de respeto. La audiencia, en pie, les está dando el aplauso. Es lo que se llama morir matando.