La paradoja de la situación actual en Ucrania podría resumirse en que casi todos quieren que acabe el conflicto, pero nadie acepta la paz que propone el adversario. De este modo, la guerra sigue rutas inciertas y con probables recrudecimientos. Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo Wagner (de mercenarios), ha alertado al Kremlin de que «Rusia está al borde de la catástrofe», lo que quiere decir que Putin debería ayudarle a reforzar sus unidades de combate, para evitar un derrumbe que podría arrastrar a casi todo el frente. el frente. De momento, es solo un argumento avalado por unas 30.000 bajas y a que una nueva ofensiva ucraniana planee sobre las fuerzas rusas.
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¿Qué hará Vladimir Putin ante esta situación? Por lo pronto, ha optado por «reforzar la comunicación estratégica» con China, y el presidente Xi Jinping, que ha visitado Rusia, ha dejado ver que no consentirá una derrota de los rusos, pero que tampoco quiere un conflicto descontrolado en Ucrania, que podría movilizar al resto del mundo. Hay que decir con claridad que tal vez es en este punto en donde radican las esperanzas más razonables para un final del conflicto bélico. Algo que sería bien recibido por la comunidad internacional.
Pero todo puede pegar un giro peligroso si se salen con la suya los altos cargos de Putin que ahora piden matar a Zelenski, en respuesta a la explosión de dos drones el pasado miércoles sobre uno de los palacios del Kremlin. Dimitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, ha manifestado que «después del atentado terrorista, no hay otras opciones, salvo eliminar físicamente a Zelenski y su pandilla». Y un portavoz de Putin también ha acusado a EE.UU. de haber orquestado el ataque con los drones (que, por cierto, no han causado daños ni víctimas).
Menos mal que todo este montaje de acusaciones y desafíos no parece contar con el respaldo de China. «Todas las partes deben evitar medidas que puedan empeorar la situación», ha dicho el portavoz de Exteriores, Mao Ning. Y esto es importante, porque Rusia no dejará de prestar atención a lo que diga la cúpula china.
Entre tanto, el presidente Zelenski ha pedido, en una visita a Países Bajos, que Putin sea juzgado ante un tribunal internacional por el crimen de invadir Ucrania, es decir, «por una guerra surgida en su mente creyendo que sería impune y nunca tendría que rendir cuentas». Y en estas seguimos, con un panorama incierto que no permite anclar el optimismo sobre una rápida solución final.