Suena a rancio, a casposo. Un miembro del gabinete de la ministra de Igualdad, Irene Montero, fue detenido el pasado lunes 17 en el aeropuerto de Lavacolla tras negarse a pagar un suplemento por exceso de equipaje. Tan nervioso se puso que hirió en una mano a un agente de la Policía Nacional que pretendió que los ánimos se calmaran. Ahora deberá responder de un supuesto delito de lesiones del artículo 147 del Código Penal y de otro de atentado a agente de la autoridad, del artículo 550 del mismo texto legal. La clase política española tiene que convencerse que Europa ya no termina en los Pirineos.