ChatGPT en el candelero, ¿y la Aesia?

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Lavandeira jr | EFE

20 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Están a punto de cumplirse cinco meses desde que el Gobierno anunció la elección de A Coruña como sede de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (Aesia). Una decisión que está pendiente del recurso interpuesto desde Granada en este país de taifas (nunca mejor dicho) y que fue admitido a trámite por el Tribunal Supremo a finales de enero. Recuerdo que en otoño pasado coincidí con un colega en un congreso de una multinacional tecnológica en París y él estaba convencido de que ganaría la ciudad andaluza. Su creencia se basaba en el ecosistema de innovación configurado alrededor de la universidad granadina y diversos proyectos impulsados allí en el ámbito de la inteligencia artificial. Como si aquí no tuviéramos tres universidades con sus respectivos grados en IA, una Agencia para la Modernización Tecnológica de Galicia y numerosos casos de emprendimiento digital, por no hablar de la empresa más importante de España. En fin, la «Galicia profunda» que todavía sigue en el subconsciente de muchos. Al menos, sus argumentos tenían más peso que algunos de los esgrimidos por la Junta de Andalucía, que en su apoyo a la candidatura de la Alhambra destacaba que Granada es «una de las ciudades más turísticas de España» y que «ofrece una alta calidad de vida al contar con un clima agradable y altos indicadores de seguridad ciudadana».

La designación de A Coruña para acoger el primer organismo de este tipo en la Unión Europea ha coincidido en el tiempo con una explosión de la inteligencia artificial. Ya nadie habla del metaverso y todo el mundo está pendiente de una tecnología que va a cambiar —ya lo está haciendo— nuestra vida social y laboral, y que se prevé que tenga un valor de mercado que supere los 300.000 millones de euros en el 2025. O sea, pasado mañana. Hay muchas dudas sobre cómo nos va a afectar, qué limites se deben poner, e incluso hay países como Italia que han prohibido el uso de ChatGPT. Google y Microsoft se han declarado la «guerra de la IA» y Elon Musk también quiere sacar tajada. Y mientras todo esto pasa, desde esta esquina del noroeste el más absoluto silencio. La Aesia, de momento, ni está ni se le espera.