Me imagino al votante de eso que se denomina «espacio a la izquierda del PSOE», que no acaba de entender por qué Podemos y Sumar no son capaces de pactar si saben perfectamente que a ambos les beneficiaría electoralmente. ¿Qué piensan sus potenciales electores de que la dirección de los morados haya roto la unidad en Cádiz o en la localidad madrileña de Rivas, feudos de esa izquierda? ¿Por qué Más Madrid no ha querido pactar candidaturas únicas en la comunidad y el ayuntamiento de Madrid? Es la hilarante parodia de La vida de Brian hecha realidad: el Frente Popular de Judea y el Frente Judaico Popular podrían ser perfectamente Podemos y Sumar. El líder del primer grupo lo deja claro en una memorable escena: «A los únicos que odiamos más que al pueblo romano es a los cabrones del Frente del Pueblo Judaico». Mientras el cisma y la batalla de egos crecen, favoreciendo una vez más a la derecha (¿no se acuerdan de lo que le pasó a Carmena?), tanto Iglesias como Díaz insisten en que quieren llegar un acuerdo. Aunque el método que han elegido para «acercar posturas» sea el ataque político y personal. El líder de facto de Podemos defiende la unidad, al tiempo que acusa a la mujer que ungió a dedo como sucesora de despreciar, ningunear e insultar a su partido. Por su parte, Díaz acude a la tele para atizarle, critica su «rol tan agudizado» en la formación morada y le lanza un recado: «Si pides la unidad a torta limpia, a tu electorado lo estás deprimiendo y luego da igual que te des la mano». Es decir, el daño ya está hecho. La pregunta es: ¿Quieren pactar o todo es un paripé, un falso psicodrama, y, en realidad, se preparan para capitalizar la oposición a un futuro gobierno de la derecha?