Lucha de poderes

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Jesús Hellín | EUROPAPRESS

01 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo que se presenta mañana domingo en Madrid no es solo Sumar, la propuesta política de Yolanda Díaz. Mañana se firma la victoria o la derrota del proyecto unitario de la izquierda. Un certificado que marcará, una vez más, la capacidad de acuerdo o discordia de la izquierda española. Que no tiene precisamente un recorrido exitoso.

Porque las desavenencias en las formaciones de la izquierda de los socialistas, dicen que por las listas y celebración de primarias, se reducen a una lucha de poderes, como acaba de reconocer el propio Pablo Iglesias. Y en esa pugna Yolanda marcha un paso por delante, porque su proyecto, en los primeros actos, generó expectativa e ilusión, porque es la líder mejor valorada, porque salió fortalecida de la payasada del facherío y porque Podemos está a la baja por su incapacidad para lograr acuerdos y por no saber aceptar la fracasada estrategia del sorpasso.

Dicen que no resulta nada fácil trabajar con la vicepresidenta, pero tampoco Pablo Iglesias es especialista en formación y dirección de equipos. De aquella foto de la asamblea de Vistalegre del 2014 no queda ni el retratista. Y la operación de desgaste que lleva liderando contra Díaz es impropia de quien la nombró y aseguró abandonar definitivamente la política para no convertirse en un «yonqui del poder» como Felipe González. Según dijo.

Sea como fuere, Yolanda Díaz ha abierto una brecha en Podemos. Porque organizaciones territoriales, cargos y militantes destacados van a acudir al Magariños a apoyarla. Por mucho que le pese a quienes llevan tiempo desautorizándola, cuando no insultándola. Y, visto el panorama y conociendo a los contendientes, no parece fácil que el ajuste de cuentas acabe en entendimiento. Pese a que saben bien de los daños que causaría acudir separados a las urnas. Además de una lógica desmovilización, perderían 25 escaños, mientras que ir juntos los convertiría en la tercera fuerza. Pero la izquierda española es pródiga y especialista en este tipo de guerras. Por eso mañana se dilucida el ser o no ser de la izquierda española. Si este país puede contar con un proyecto unitario progresista. O no, que diría Rajoy.

Procede recuperar aquella genial frase de «¡cuerpo a tierra, que vienen los nuestros!», que dijo Pío Cabanillas en la Transición. Aunque la pronunciase un señor de derechas hace cuarenta años. Porque estamos en las mismas.