La capacidad de interpretar ideas con símbolos

Javier Cudeiro Mazaira CATEDRÁTICO DE FISIOLOGÍA DE LA UDC. PROFESOR VISITANTE, UNIVERSIDAD DE SIENA (ITALIA)

OPINIÓN

Eylem Özdo?an, Antiquity. Cambridge University Press

30 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La capacidad para representar ideas con símbolos nos ha llevado muy lejos, a la escritura y al lenguaje, nada menos. La representación simbólica distingue a los humanos de otras especies y nos brinda la oportunidad de poder encontrarnos con otras mentes y compartir deseos e intenciones, contar historias. Una de estas historias ha saltado a los medios relatando un hallazgo arqueológico recogido por la revista Antiquity.

Se trata de un relieve mural de hace 11.000 años hallado en Turquía y que recrea una escena narrativa en toda regla. La figura principal, la única en relieve, es un hombre mirando al frente que se sujeta el pene con su mano derecha. Hasta aquí nada extraño, o bien el buen señor estaría aliviando sus necesidades o, simplemente, el autor utilizó esta expresión para decirnos que era un varón. A su izquierda y derecha aparecen de perfil dos leopardos con la boca abierta y el diente presto. La situación no es tranquilizadora y el acto de agarrarse el pene no es lo que uno esperaría de esta escena. Quizá, un gesto de huida con las manos levantadas para proteger cuerpo y cabeza sería lo más predecible. A no ser que hagas bueno a Woody Allen y pienses: el cerebro es mi segundo órgano más importante. Probablemente, nada de esto es correcto y el escultor solo quería representar la fuerza de la naturaleza y el hombre en su centro, eso sí, agarrándose los machos. La composición se completa con otra escena en la que una segunda figura humana y un toro se representan de perfil. El humano parece ser un varón, con una extensión en forma de falo en el abdomen, y se muestra en una posición ligeramente agachada, quizás saltando, con la espalda hacia las figuras anteriores. Su mano izquierda, levantada y abierta, tiene seis dedos, mientras que la derecha sostiene algo que sugiere una serpiente, o una vara con un cascabel. Los cuernos del astado son formidables y parecen embestir. El hombre está en evidente inferioridad, pero su gesto sugiere un acto de control sobre el animal, ¿ideografía mágica o toreros de la época?

La representación de falos en escenas de este tipo es una forma de señalar el sexo de los protagonistas y hacer referencia a la potencia masculina, pero ¿por qué rodeado de leopardos? ¿Y por qué uno de ellos también luce un espléndido pene? ¿Cuál es la historia que nos quieren relatar? Toda una construcción de arte primitivo que pretende transmitir masculinidad y comunión con la naturaleza. 

Hay una sobrerrepresentación del varón. El análisis del neolítico turco permite detectar una coincidencia de temas simbólicos en las primeras comunidades. Uno de ellos es la preocupación general con el pene, humano y animal, que nos permite hablar de un falocentrismo imperante. Esto contrasta con la suposición de que los primeros agricultores en el Medio Oriente enfatizaron la forma femenina y su fecundidad. Los antropólogos están considerando una revisión de estos asuntos. Parece ser que el heteropatriarcado ya viene mínimo desde el neolítico. Es una forma de verlo. La otra explicación es que la violencia de la naturaleza, representada por animales y humanos, se plasma mejor en escenas en donde el hombre, heredero de un pasado cazador, se enfrenta a la bestia; pero esto tiene menos tirón ahora mismo.