La paternidad de Feijoo

OPINIÓN

Rafael Martín | EUROPAPRESS

28 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay que reconocerle a Feijoo que haya puesto en valor su instinto paternal a los 61 años y que se haya mojado en defender que tener un hijo, incluso a esa edad, es lo mejor que le ha pasado en la vida. Pero, claro, esa paternidad de sport, de paseo de tarde, de cuento en la cama y de presencia escolar el día del cumpleaños del niño queda muy lejos de las tareas habituales que asumen las mujeres que son madres. Mujeres que se desdoblan para estar en todos los sitios a la vez con una altísima exigencia. Madres que curran a destajo, que llegan a casa y cocinan, limpian y crían a sus hijos con todos los cuidados que requieren en su día a día: las que están en los regalos del cumpleaños del amigo, en la cita médica, en los deberes, en el disfraz del cole... Esa maternidad que las devora en una vorágine a la que pocos hombres aspiran. Es cierto que las nuevas generaciones empiezan a compartir el trabajo en casa y en la familia en un equilibrio que los que tienen la edad de Feijoo no han asumido nunca. Al líder del PP la paternidad le asoma como un plus, como una suma que no le desespera en una agenda que diariamente está ocupada en otras cuestiones. Esa paternidad de revista es bonita, queda bien y da buena imagen. Nada que ver con el peso estresante que las madres llevan encima siempre. Son las que apoquinan mientras otros posan para la foto.