Polisémica primavera franciscana

Manuel Mandianes ANTROPÓLOGO DEL CSIC Y ESCRITOR

OPINIÓN

ANGELO CARCONI | EFE

22 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En este mes se celebra el décimo aniversario del pontificado del papa Francisco. Tres maneras de entender lo que está haciendo. A los primeros les preocupa la estructura más que el significado, están preocupados por una Iglesia fuerte, visible, influyente; más preocupados por la doctrina y por la institución eclesial que por la vida cristiana. Algunos grupos de estos blanden como eslogan el título de un célebre libro, El cristianismo no es un humanismo. Acusan al papa de hablar más de economía y de política que de teología, de darse la mano con más políticos de izquierdas que de derechas y de dar pasos que pueden acabar con la Iglesia. Al tiempo, acusan a los del segundo grupo de dar más importancia a la acción que a la oración y a la conversión personal; de hacer más política que acción teológica; de utilizar la persona del papa para defender los intereses de la izquierda y de querer a Francisco porque lo consideran de izquierdas y revolucionario.

Los segundos dicen: hay que trabajar para cambiar las estructuras injustas que son las que llevan al hombre al pecado, «hay que cambiar el mundo para que cambie el hombre». Su meta, al lado de otros muchos ciudadanos que buscan lo mismo, es crear un movimiento social en favor de los pobres que en poco o en nada se distingue de cualquier otro movimiento social en favor de los desfavorecidos, al tiempo que envuelven su actuación en conceptos y palabras ortodoxas. Acusan a los primeros de hacer caridad con los pobres en perjuicio de la justicia y privilegiar la institución eclesial en detrimento de la misión por implantar el reino de Cristo. Los tildan de espiritualistas, dogmáticos, y a Francisco lo acusan de ser timorato y no dar los pasos que ellos creen que debería dar para poner la Iglesia al día.

La mayoría de católicos, de otras creencias cristianas y de gente de toda clase de creencias y condición social ven en Francisco un hombre de Dios que predica la conversión personal y un cambio de las estructuras injustas para hacer un mundo mejor.