No le preguntéis al viento

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

CONTACTO | EUROPAPRESS

20 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo está en la canción de Dylan, Blowin' in the Wind. Uno se va haciendo preguntas y concluye que la respuesta está en el viento. O que llegará. Y así nos pasamos la vida, esperando que alguien o algo nos señale la causa de todos nuestros interrogantes. Quizá nos equivoquemos. Quizá lo que nos sobran son respuestas y lo que necesitamos son preguntas. Por más que lo he imaginado, nunca he llegado a la conclusión del porqué de este Ejecutivo, este leñazo contra la serenidad y la calma. Desde el primer momento ha sido así: un gobierno enfrentado consigo mismo. Me cuesta comprender la razón. Me cuesta, todavía, seguir preguntándomelo. Y se nos va la vida en ello. Pasan los años y esperamos futuros mejores, pero no llegan. Un ejemplo: mi pueblo, que es chiquito y de derechas, hace ocho años que decidió poner su gobernanza en manos de PSOE y BNG. Es una alianza horrísona. Y esa no es una opinión personal, sino el apólogo de la experiencia. Cada vez que han gobernado juntos PSOE y BNG la conclusión ha sido expeditiva: aciaga para la ciudadanía hasta que PSOE o BNG se distanciaron del socio. En ocasiones se alzó el populismo más turiferario (Vigo y Caballero) y en ocasiones el populismo más enxebre (Lores en Pontevedra). Unos han barrido a los otros y la derecha, ensimismada, se ha quedado estupefacta. Mi pueblo, Verín, no es diferente. De derechas de toda la vida (basta observar resultados de autonómicas o generales) y ha votado al PSOE porque el candidato, más conservador que yo mismo, ha sabido sustraer los votos del municipio: la derecha. Y esa es la razón de este artículo. Se resume en una pregunta: ¿Por qué parece que la derecha, en pueblos como el mío (espejo de otros lugares gallegos), reniega de sí misma?

No es fácil dar respuesta al interrogante anterior. Lo intentaré. En política existe un precepto que nunca debemos obviar: tienes amigos y enemigos, compañeros y adversarios. No se puede navegar entre dos aguas. Hubo un tiempo en que el PP de Vigo quiso caerle bien a los de un lado y a los de otro, y así le fue. Hubo un tiempo que en Pontevedra, viendo las barbas de Vigo remojar, pensaron que una fuerza electoralmente diminuta (BNG) nunca conseguiría alcanzar la cima. Se equivocaron, los de Vigo y los de Pontevedra. Ahora les toca remar para recuperar territorio. No es fácil, pero tampoco tan difícil. Sopla el viento en la cola del aeroplano del PP. Vendrá el gobierno de Feijoo y la remuda de Rueda. Los vecinos pensarán que mejor estar del lado de los que mandan. O mandarán. El PP debe ser el PP y no permitir que un solo voto conservador, o de centro, se vaya al otro lado. Porque, finalmente, los candidatos del PSOE son los émulos de Sánchez. Y los del BNG, los que votan en el Congreso con Bildu y Esquerra. Parece que las municipales son «elecciones de candidato». Yo creo, con todas mis dudas, que pueden ser también elecciones ideológicas. Ojalá el viento tenga la respuesta.