Unos benefactores muy vulnerables

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

Daniel Gonzalez | EFE

18 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El bono social energético tiene doble función. Ayuda a pagar las facturas de la luz y el gas a familias desfavorecidas y retrata a una parte de nuestra clase política. Porque nos pone al descubierto el comportamiento indecente y desvergonzado que muestran quienes llevamos a las instituciones y que, pese a ser descubiertos, se mantienen en sus trece.

El balance de la concesión de dicho bono presenta aspectos desoladores. Según un informe del Defensor del Pueblo, solo lo recibieron 1,1 millones de hogares, pese a que dos millones sufren pobreza energética. Y 2,7 millones de familias pasaron frío en invierno, mientras 1,8 millones pagaron tarde sus facturas de la luz.

Pero, que sepamos, sí se beneficiaron de la ayuda al menos tres cargos públicos, que superan ampliamente los 16.000 euros, umbral de ingresos para recibirla. Vean a los jetas menesterosos. Enrique Ossorio, vicepresidente y portavoz del Gobierno de Díaz Ayuso, con un salario anual de 104.928,60 euros, una casa de 400.000 y 1,4 millones en una cartera de inversiones.

Alfonso Serrano, secretario general del PP madrileño, con un sueldo de más de 83.421,12 euros anuales, quien percibió el bono de «vulnerables severos», según él por error, aunque tampoco tiene intención de devolverlo. Y Mónica García, anestesista en el 12 de Octubre, diputada en la Asamblea madrileña, lideresa de Más Madrid y de la oposición, cuyo salario ronda los 90.000 euros. O más. García exigió la dimisión de los populares, minutos antes de conocerse su caso.

La condición de familia numerosa, y no el tope salarial, es la que les ha permitido percibir la ayuda en forma de bono social para familias vulnerables. Ayuso, que es muy dada a ayudar a familia y amigos, respaldó a los suyos diciendo que lo recibido no son ayudas «sociales como tal». Aunque hablara en repetidas ocasiones de «paguitas» del Gobierno y llamó «subvencionados» a quienes percibían estos bonos. Mónica García se hizo popular dando lecciones de decoro. Y Enrique Ossorio saltó a la fama cuando una mañana aseguró que en Madrid los pobres no se ven, y se preguntó «¿por dónde estarán?», al tiempo que se giraba como buscándolos. Tenía razón. No se ven pobres en las calles de Madrid porque la mayoría está en las casas de estos benefactores. Disfrutando de su altruismo. Los otros se han muerto de frío.