La atrofia del corredor atlántico

marcelo muriel INGENIERO INDUSTRIAL Y MIEMBRO DEL CORREDOR OESTE-RUTA DE LA PLATA

OPINIÓN

Sandra Alonso

13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En febrero tuvo lugar en Santiago de Compostela una reunión de los presidentes de las comunidades de Asturias, Castilla y León y Galicia en la que abordaron la situación de la parte noroeste del corredor atlántico. En sus planteamientos previos, el presidente gallego, Alfonso Rueda, declaró: «Ahora mismo se están diseñando las grandes redes europeas de transporte y hay que ser ecuánimes [...], el equilibrio territorial pasa por que las infraestructuras se desarrollen en todo el territorio nacional, no en unos lugares a costa de otros». 

El propio título de esas jornadas, Corredor Atlántico del Noroeste, denota ya la situación de atrofia que sufre esta ruta, ya que ignora todo el resto del oeste de la Península.

Europa necesita propuestas que supongan cambios estructurales en las zonas que se han ido quedando despobladas y sin pulso económico, pero también necesita recuperar posiciones en la esfera internacional de los intercambios comerciales, que ha ido perdiendo a favor de Estados Unidos y China. Para ambos retos, resulta imprescindible el oeste de la península ibérica, y volver a ser la puerta de comunicación con las zonas del mundo que están llamadas a protagonizar el crecimiento futuro, como son África y todo el centro y sur de América. Este renovado papel solamente será una realidad si las distintas comunidades españolas y Portugal aprenden a trabajar conjuntamente. Por todo eso habría que dejar de pensar en noroeste o suroeste y proponer soluciones globales al reto de conseguir un flujo dinámico y medioambientalmente sostenible, que facilite el tránsito de las mercancías entre los puertos de todo el Atlántico y Europa.

Como han concluido los estudios elaborados por los consejos económicos y sociales de estas comunidades, la ruta de la Plata sería la espina dorsal que daría cohesión a todo el oeste peninsular, y vertebraría al corredor atlántico.

Hay trenes que solamente pasan una vez cada varias generaciones, y la oportunidad de dar el impulso totalmente necesario para dar un sentido de sistema logístico integral al corredor atlántico en la península ibérica se produce ahora.

En su reciente visita a las autoridades europeas, el presidente de Extremadura ha podido comprobar de primera mano la importancia que Europa da a una integración completa del corredor atlántico en la Península, y solo espera que el Gobierno español le plantee las oportunas peticiones. Un movimiento transversal iniciado por la sociedad civil, y secundado por las cámaras de comercio de todo el oeste, ha puesto sobre la mesa la imprescindible reapertura del eje ferroviario de la ruta de la Plata, para que esa vertebración del corredor atlántico sea una realidad.

Este importante eje se encuentra actualmente interrumpido en un tramo de 120 kilómetros entre Plasencia y Salamanca. La reapertura urgente del mismo sería el fusible que haría posible la comunicación del noroeste y el suroeste, haciendo factible la interconexión de los puertos del sur de la Península con los del norte, y facilitar una malla que daría salida a los puertos portugueses.

Los planteamientos no pueden posponerse. Si el Gobierno de España no reacciona, tendrán que ser los autonómicos del oeste los que deben plantear propuestas para que se incluya; el eje de la ruta de la Plata en la red europea de transporte, dándole al tramo Plasencia-Salamanca la máxima prioridad dentro de la red básica, con los mecanismos de financiación urgente que hagan posible su rápida ejecución.

Una próxima reunión en Salamanca sería la oportunidad para que los responsables de las distintas comunidades del oeste se reúnan y confirmen ese camino en común que saque al corredor atlántico de su atrofia.