Lo que es bueno para los radiólogos, es bueno para los pacientes

Milagros Otero García JEFA DEL SERVICIO DE RADIOLOGÍA DEL COMPLEXO HOSPITALARIO UNIVERSITARIO DE VIGO. VICEPRESIDENTA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE RADIOLOGÍA MÉDICA

OPINIÓN

MABEL RODRÍGUEZ

11 mar 2023 . Actualizado a las 14:05 h.

En la medicina actual, la mayoría de los diagnósticos médicos se basan en las técnicas de imagen y el servicio de radiología esta involucrado en un 85 % por ciento de todos los diagnósticos médicos. Detrás de cada radiografía simple, de cada ecografía, de cada tomografía computarizada o resonancia magnética hay un radiólogo haciendo un diagnóstico que ayudará en la decisión del tratamiento más adecuado en cada paciente.

No solo hacemos y vemos «las fotos», sino que decimos qué prueba diagnóstica es la más adecuada para cada paciente, estamos detrás de muchas biopsias, tratamos con técnicas mínimamente invasivas y participamos en la toma de decisiones de los comités multidisciplinares, en donde se decide el mejor tratamiento para cada paciente.

Tenemos las mejores herramientas diagnósticas (gracias al Plan de Inversión en Alta Tecnología, financiado esencialmente con fondos europeos), que nos permitirán hacer estudios diagnósticos en menor tiempo y más seguros para el paciente. Pero detrás de cada estudio radiológico que se realiza hay todo un equipo humano que cita al paciente, efectúa el estudio requerido, coge una vía para medicación e informa el estudio, y es aquí donde radica el problema actual de los servicios de radiología.

Al igual que en los servicios de radiología de A Coruña, Santiago y el resto de la comunidad, asistimos a una demanda asistencial creciente que no parece tener techo y cada vez más compleja, que requiere diagnósticos casi inmediatos y certeros las 24 horas, los 7 días de la semana.

Los médicos radiólogos estamos cada vez más cansados, agotados y somos cada vez más escasos. No hay radiólogos para contratar, porque los que se forman cada año no cubren las jubilaciones ni las bajas laborales. Sí, los radiólogos también somos pacientes y enfermamos.

Desarrollar nuestra actividad en esta situación da lugar a un aumento de la insatisfacción personal y profesional, de nuestros compañeros y también de nuestros pacientes. A esta situación hemos llegado por la inadecuación de un sistema sanitario diseñado hace casi cuarenta años a las necesidades de una sociedad y población que han cambiado notablemente. Diagnosticamos y tratamos enfermedades más complejas en pacientes crónicos que han superado enfermedades otrora mortales, y también en pacientes más longevos con más problemas derivados de su dependencia, discapacidad y fragilidad.

Mucho se habla últimamente de la inteligencia artificial y su labor en el proceso diagnóstico, pero no sustituirá al radiólogo. No cabe duda de que nos ayudará en la selección, realización de estudios y en el informe de muchas de las pruebas que se hacen. Pero necesita financiación y radiólogos que validen lo realizado por la inteligencia artificial. La decisión final sobre el paciente será tomada por la «inteligencia humana» y por un paciente informado de su proceso.

El paciente del presente y del futuro exige un sistema sanitario que proporcione una asistencia humanizada, de calidad, transparente y eficiente. Para ello es necesario que los profesionales radiólogos podamos desarrollar nuestra labor en las mejores condiciones posibles.