La migraña y el diario de las crisis

Icíar Cimas NEURÓLOGA DE RIBERA POVISA

OPINIÓN

04 mar 2023 . Actualizado a las 12:49 h.

La migraña o jaqueca es una enfermedad neurológica de causa desconocida. Afecta a la mitad de la cabeza, aunque a veces se presenta en ambos lados, y se caracteriza por un dolor intenso. El dolor es de intensidad variable, pero en muchas ocasiones incapacita al paciente para realizar sus actividades habituales. Se acompaña de náuseas, vómitos, intolerancia a la luz (fotofobia), al ruido (fonofobia) y, a veces, a los olores (osmofobia). Estas son las razones por las que la mayoría de los pacientes buscan lugares tranquilos y con poca luz. 

Según los síntomas, existen dos tipos: la migraña sin aura, la más frecuente, descrita anteriormente; y la migraña con aura, es decir, con una serie de síntomas neurológicos (trastorno visual, hormigueo en una parte del cuerpo, a veces pérdida de fuerza en una parte del cuerpo...) que suelen aparecer antes del dolor de cabeza, y cuya duración suele ser de minutos. Según la frecuencia con la que aparezcan los episodios, la migraña puede ser episódica (hasta 14 días al mes) o crónica (más de 15 días de dolor al mes, y ocho de ellos al menos son de migraña).

Existe una predisposición genética en algunas familias para padecer migrañas, y, una vez que se padecen, se es migrañoso para siempre. Hay factores desencadenantes de las migrañas, como el estrés, los trastornos del sueño, las variaciones hormonales en la mujer o el abuso de analgésicos. Respecto a los tratamientos, para las crisis agudas tenemos los analgésicos, antiinflamatorios o triptanes. También están los tratamientos preventivos, que se instauran a partir de cuatro crisis al mes. Son muchos los medicamentos que se usan en este caso, como antagonistas del calcio, betabloqueantes, antihipertensivos, antidepresivos o algunos antiepilépticos

En el caso de las migrañas que no responden bien al tratamiento preventivo, crisis agudas severas o estado migrañoso (crisis de migraña de más de 72 horas), se puede realizar un bloqueo anestésico de nervios pericraneales, y en el caso de la migraña crónica se trata con infiltración anestésica de nervios pericraneales o infiltración con toxina botulínica. En este caso se valora la respuesta cada tres meses, pero la mejoría no es inmediata, ya que suele aparecer hacia los 6-9 meses de tratamiento. También están los anticuerpos monoclonales anti CGRP, que son fármacos que se administran con inyecciones mensuales, y que bloquean el péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), implicado en el dolor. En Galicia, su uso está indicado en el caso de migrañas de alta frecuencia y migraña crónica, que no hayan mejorado con al menos tres fármacos, y, en el caso de la migraña crónica, que tampoco haya mejorado con toxina botulínica.

Es importante hacer un diario de las crisis, y llevar una vida y dieta sanas, ejercicio moderado, sueño reparador y rutinas.