Menos trámites en Irlanda del Norte

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

POOL | REUTERS

03 mar 2023 . Actualizado a las 09:13 h.

Las estadísticas que han seguido la aprobación popular británica del brexit, consumada el 31 de enero del 2020, muestran un incremento del 7 % en el grupo que cree que ha sido un error. Así, tres años después, el 47 % contrario a la salida ahora asciende al 54 %. Esta tendencia al alza se viene constatando desde julio del 2022 y coincide con el descenso en la aprobación de la gestión del partido conservador en el Gobierno. Desde entonces, la población encuestada que lamenta la marcha del club comunitario no ha bajado del 50 %. La variación puede parecer poco relevante, pero, teniendo en cuenta que la aceptación del brexit en el referendo fue por la mínima, con tan solo el 51,9 %, esta bajada paulatina es de gran relevancia. Refleja el creciente descontento con la situación económica así como el incremento en las dificultades que las clases medias y bajas están viviendo con el aumento del precio del combustible y de la energía, y el descenso del poder adquisitivo que se ha traducido en huelgas de muchos sectores, sobre todo del sanitario.

Pero, además, la reinstauración de todos los procedimientos burocráticos para la entrada y salida de bienes de Gran Bretaña, traducido en colas kilométricas de camiones en los accesos a los puertos de salida, ha supuesto momentos de gran escasez en productos frescos que han dejado desabastecidos los supermercados. Una de las regiones que ha visto más dificultado su funcionamiento diario por este procedimiento ha sido Irlanda del Norte. Por eso, estos días, la delegación británica encabezada por el primer ministro, Rishi Sunak. está rematando la negociación con la delegación de la UE liderada por Ursula Von der Leyen para agilizar la tramitación de los bienes que entran en Irlanda del Norte desde Gran Bretaña, de tal suerte que solo los que continúen viaje hacia el sur de la isla tendrán que pasar los controles correspondientes a la entrada de cualquier país extra comunitario. Un cambio nada baladí, porque supondrá un considerable ahorro en gestiones, tiempo y costes, así como de tensión política tras el tiroteo a un policía de hace unos días.