Armonía entre viento y mar en Galicia

Tomás Romagosa DIRECTOR TÉCNICO DE LA ASOCIACIÓN EMPRESARIAL EÓLICA

OPINIÓN

NAVANTIA

03 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los países de nuestro entorno ya están desarrollando y produciendo electricidad gracias a la eólica marina en sus costas. España tiene buen recurso eólico, estable y abundante, y muchos kilómetros de costa. Tenemos que aprovechar esta enorme oportunidad.

En el último Consejo de Ministros de febrero se han aprobado los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM), que sirven para garantizar la convivencia de diferentes actividades asociadas a nuestras costas, así como la protección del medio marino. La aprobación de los POEM es un hito esperado por el sector eólico desde hace muchos meses.

El proceso de elaboración de los POEM ha sido largo y complejo, precisamente por la necesidad de analizar y ponderar multitud de factores relacionados con las diferentes actividades que se desarrollan en el medio marino y preservar los valores naturales de la costa y el mar. Desde el sector eólico se ha colaborado con todos los agentes para encontrar el mejor encaje posible, renunciando a algunas zonas de alto potencial eólico para garantizar la compatibilidad de la eólica marina con la seguridad, la pesca, la acuicultura, el turismo, el transporte y otras actividades, para alcanzar el mayor consenso posible entre todos los sectores implicados.

En España contamos con la cadena de valor completa y las infraestructuras necesarias para ser un referente internacional en eólica marina flotante. Tenemos una posición privilegiada como primer desarrollador de prototipos de eólica marina en el mundo, unas infraestructuras portuarias con gran potencial como hubs logísticos y una industria naval que ya viene diversificando su actividad hacia la construcción de estructuras fijas y flotantes, y buques de apoyo a los parques eólicos marinos. El desarrollo de la eólica marina en España contribuirá a alcanzar los objetivos energéticos y climáticos establecidos por el país, teniendo un impacto macroeconómico positivo gracias a la creación de empleo cualificado, aumento de las exportaciones y el crecimiento del PIB nacional.

Ahora tenemos que seguir dando pasos decisivos para elaborar un marco regulatorio actualizado y una planificación que active los trabajos de desarrollo de los parques, aquellos que estarán en funcionamiento en el 2030. En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) indica un contingente asignado a la eólica a 2030 de 50,3 GW, incluyendo la instalación de 3 GW de eólica marina. Todavía estamos a tiempo de cumplir estos objetivos y aprovechar la oportunidad industrial que supone la eólica marina para la generación de empleo, superando los 60.000 empleos al final de esta década.

El viento en alta mar es un recurso natural renovable e inagotable, mayor y más constante que en tierra, lo que permite un mayor aprovechamiento energético y mayor capacidad de generación. Los parques eólicos marinos pueden obtener factores de capacidad superiores al 45 %, lo que supone funcionar unas 4.000 o 4.500 horas al año, mucho más de lo que pueden trabajar en tierra y casi tres veces más que la fotovoltaica. La eólica marina ofrece un recurso más estable y constante y eso hace que sea mucho más fácil de integrar en el sistema eléctrico.

El desarrollo de la eólica marina supone un impulso de los sectores estratégicos con los que presenta sinergias, como la construcción naval y los astilleros, la industria marítima auxiliar y de gestión portuaria, la ingeniería civil y consultoría, la industria de la construcción, así como la industria del metal, etcétera. Para estos sectores, la eólica marina se ha convertido en un mercado protagonista en sus estrategias de diversificación de negocio.

Y, por supuesto, es ineludible que la eólica marina cuente con la aceptación social de la ciudadanía. Este reto es responsabilidad de todos, las empresas, las administraciones y las propias comunidades locales, que deben sumar esfuerzos para seguir avanzando en la necesaria transición energética, que es sin duda la revolución social y económica del siglo XXI para todos nosotros.